El lujo, la tradición y el diseño se tejen en Artesanías del Atlántico
Ferias internacionales y colecciones memorables hacen parte de este programa que lidera la Primera dama del departamento, Liliana Borrero.
Donde las historias se tejen y el arte se convierte en solidaridad y amistad. Así es Artesanías del Atlántico, un proyecto que desde sus inicios buscó empoderar a mujeres y hombres del departamento visibilizando sus artículos, convirtiendo un diamante en bruto en una joya brillante y con futuro.
Y es que los artesanos de Galapa, Usiacurí, Puerto Colombia, Polonuevo, Tubará, Luruaco, Ponedera, Soledad, Suan, Sabanalarga, entre otros que hacen parte de Artesanías del Atlántico, más allá de considerar este arte como un simple pasatiempo, es una herramienta para sacar adelante a su familia.

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Este proyecto que ha llegado a ferias internacionales, con sus piezas que son verdaderos artículos de lujo hecho a mano, resalta los oficios de tejeduría en palma de iraca, el trabajo en papel maché, la bisutería, el tejido en bejuco, la alfarería y el trabajo en crochet.
El arte de tejer es un oficio de los pueblos que se transmite de generación en generación para revitalizar las técnicas y diseños ancestrales.
Y así lo reafirma la Primera dama del Atlántico, Liliana Borrero, quien actualmente lidera este proyecto donde acompaña y capacita muchos artesanos.
“La idea de este proyecto nace en la primera gobernación de Eduardo (Verano). En esos cuatro años uno va descubriendo cosas y con las idas a los distintos municipios me di cuenta de que había un gran potencial en artesanías, pero le faltaba mucho en temas de acabados, colores, diseños. Empecé a motivarlos y a decirles que había muchas cosas positivas, pero había otras que afianzar”, detalló en entrevista con Zona Cero.

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Explica que fue en “la segunda gobernación de Eduardo” (2016-2019) donde decidió trabajar de la mano con los artesanos y darles una intervención integral tanto para los que ya iban avanzados, como para los que apenas estaban iniciando “en este camino donde la vida se teje”.
“Cuando tu intervienes un artesano 180 es que tu le das todas esas herramientas de diseño, capacitaciones para que manipule su fibra y la deje en perfecto estado. Le das teoría del color, herramientas para que sepan hacer empresa, hasta clases de psicología para que sepan cómo se debe portar un artesano”.

Todo este proceso les sirvió para que estos artesanos pasaran de salir de su municipio y asistir a ferias internacionales y congresos.
“Ferias hay muchas y de muchas maneras, porque en Venecia se hace ‘El artesano en feria’ cada dos años, pero no es como la ‘Maison Et objet’ donde tuve la oportunidad de llevar a dos artesanos para que conocieran”.
Hasta la fecha Artesanías del Atlántico exporta a 19 países, con ventas en Grecia, Turquía, Positano, Sao Paulo.

El arte que cambia vida
Innumerable son las historias que guarda Artesanías del Atlántico, proyecto que se hizo a pulso, donde se da valor y respeto a los artesanos que con su arte han cambiado sus vidas y las de su familia.
Tal es el caso de Miladys De Moya, una artesana de Soledad, que a sus 34 años trabajando la técnica de crochet y macramé tiene su propio emprendimiento ‘Makadamia swimwear’ gracias a los aprendido en Artesanías del Atlántico, proyecto a quien le da las gracias “por las oportunidades brindadas”.
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De Moya cuenta que encontró en el nacimiento de su hijo su vocación para tejer.
“Este amor realmente nació con mi hijo, realmente no sabía que tenía el talento de crear piezas hechas a mano hasta que él nació y empecé a tejer, a hacerle cosas para él, y me encantó, me gustó mucho todo lo que podía hacer con mis manos, que empecé a explorar muchas más alternativas, nuevos materiales, nuevas técnicas”.

Su vinculación en Artesanías del Atlántico se dio en el 2019. “Se abrieron las convocatorias para el programa de artesanías, y yo me inscribí muy escéptica del programa, porque no pensé que me escogerían. Sin embargo, la sorpresa fue otra, fue muy retador para mí, pero en esa época aprendí mucho y todos esos conocimientos los puse en práctica para mi emprendimiento”.
Si hay algo que caracteriza a Frida Padilla, de 60 años, es la creatividad y el amor como el “toque secreto” con el que hace todos los accesorios en palma de iraca.
Esta artesana de Usiacurí maneja muy bien sus fibras, texturas que aprendió dese los siete años.

“Este es un proceso que viene de generación en generación. Yo lo aprendí de mi madre quien me enseñó primero a trencillar, después a entelar, ya luego viene todo lo de acabado. Hoy en día tengo mi taller, que es artesanías”.
Cuenta que se siente orgullosa de todo el camino que ha recorrido en Artesanías del Atlántico.
“Ver la satisfacción de mis clientes cuando me mandan hacer un producto y les gusta es la más grande recompensa para mí”.