El asma requiere diagnóstico y tratamiento oportuno: neumólogo pediatra
Esta es una de las enfermedades crónicas más frecuentes de la infancia.
"Sin un diagnóstico certero, oportuno y aceptado por los padres o cuidadores no se puede iniciar ningún tratamiento” del asma, advierte el doctor Carlos Rodríguez, neumólogo pediatra y docente del Departamento de Pediatría de la Facultad de Medicina de la Universidad Nacional de Colombia (UNAL).
Ante la presencia de síntomas o crisis de asma se requieren medidas tanto farmacológicas como no farmacológicas, se lee en un artículo de la Agencia de noticias UNAL.
Entre las medidas farmacológicas están los tratamientos desinflamatorios y de dilatación de bronquios, mientras que en las no farmacológicas se recomienda evitar al máximo los elementos irritantes, la polución ambiental, la exposición tanto al humo de cigarrillo como a los agentes que puedan desencadenar alergias, como ácaros del polvo, polen y pelo de mascotas, ya que muchas veces el asma responde a enfermedades alérgicas.
Según el especialista, uno de los grandes problemas del asma es que generalmente está subdiagnosticado. En ocasiones los niños presentan problemas respiratorios recurrentes y que sugieren que es asma, pero en la consulta médica se oculta en otras enfermedades como bronquitis, gripas constantes y bronquios perezosos, entre otros.
“Al retrasar el diagnóstico de asma se evita un tratamiento oportuno y adecuado, por lo que los niños siguen con síntomas frecuentes, con crisis o exacerbaciones que obligan a llevarlo repetidamente a urgencias”, sostiene.
Por eso es importante educar a los padres y a algunos médicos sobre los síntomas frecuentes y saber cuándo se debe sospechar algo y empezar un tratamiento oportuno.
Síntomas de cuidado
Dentro de los síntomas que le hacen pensar a un padre que su hijo puede tener asma está la aparición de la tos, a veces también silbido en el pecho al respirar, apretamiento en el pecho y dificultad respiratoria de forma recurrente. Casi siempre los desencadenantes de estos síntomas son el frío, la actividad física, el llanto, la noche, y los contaminantes o irritantes ambientales.
Cuando se presentan esas manifestaciones, otros factores que apoyan la sospecha de asma se relacionan con enfermedades alérgicas como rinitis, o si el menor presenta dermatitis atópica y existen antecedentes familiares, especialmente de primer grado.
Según la Guía de práctica clínica (GPC) para el diagnóstico, atención integral y seguimiento de niños y niñas con diagnóstico de asma, esta es una de las enfermedades crónicas más frecuentes de la infancia.
A pesar de los muchos avances en el conocimiento de su fisiopatología y su tratamiento, aún hoy se acompaña de una morbilidad y una mortalidad muy significativas y representa un problema muy importante en términos de calidad de vida y costos de atención.
En el mundo, afecta a cerca de 300 millones de personas, su prevalencia varía entre 2 y 20 % y su mortalidad se estima en 250.000 muertes al año. En Colombia prevalece tanto que es considerada un problema de salud pública.
Tratamientos prolongados
Cuando los padres identifican el diagnóstico de asma y lo aceptan, entra en juego el manejo y tratamiento de la enfermedad, que, como se indicó, pueden ser farmacológicas y no farmacológicas.
En cuanto al manejo farmacológico, se debe tener en cuenta que el asma es una enfermedad inflamatoria crónica, es decir que se basa en la inflamación de los bronquios, por lo que su tratamiento se debe enfocar en la desinflamación de estos y en el seguimiento prolongado.
“Muchos padres empiezan a aplicar tratamientos desinflamatorios, pero si no tienen una buena explicación tienden a suspenderlos en cuanto los niños mejoran o se les quita la tos; sin embargo la base del tratamiento consiste en darlo por tiempos prolongados, incluso cuando la enfermedad se muestra asintomática”, sostiene el especialista, y agrega que la suspensión provoca la aparición de crisis y nuevos episodios al poco tiempo.
Otra alternativa farmacológica ante los síntomas de asma son los medicamentos broncodilatadores, que intentan abrir los bronquios para aliviar o calmar los síntomas.
* Con información de la Universidad Nacional de Colombia