La pareja se conoció un Sábado de Carnaval y tienen 27 años de convivencia.
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Leonardo Olivares

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Eduardo Verano: político con experiencia y un corazón de músico

El candidato a la Gobernación del Atlántico habló con Zona Cero sobre sus hobbies, la música y el papel de su familia en su vida.

La historia de Eduardo Verano De la Rosa y su esposa Liliana Borrero comenzó como “un amor de Carnaval” que luego de 27 años ha seguido fortaleciéndose y gracias a la comprensión, entrega y apoyo ambos aseguran que durará para toda la vida.

Ambos abrieron las puertas de su casa a Zona Cero y hablaron de cómo es su cotidianidad, qué disfrutan hacer y lo más importante cómo tienen proyectado su futuro.

Amor de y por el Carnaval

Eduardo incluye a Liliana en todas sus decisiones laborales y personales.

En la casa del candidato a la gobernación del Atlántico Eduardo Verano de la Rosa siempre hay alegría. Ya sea por la bella sonrisa de su esposa, esa que la enamoró un sábado de Carnaval de 1988, o por la decoración del cálido hogar.

La sala de su casa es amplia y apacible. Los muebles blancos indican que tanto Eduardo como Liliana aman el orden y el colorido de los cuadros indican que de vez en cuando se permiten una que otra locura.

Su amor comenzó como una salida de amigos, pero solo le bastó un día al empresario para que entendiera que Liliana se convertiría en la mujer de su vida.

“Después de que nos conocimos me invitó a una fiesta carnavalera en el Country y cuando ya no podía más con mi alma ni con mis pies le pedí que me llevara a mi casa y el me dio su tarjeta. O sea él pretendía que yo lo llamara, pero no lo hice. El me llamó un día y medio después. Seguimos saliendo y después nos casamos”, recordó Liliana.

Y cómo no enamorarse de semejante rubia, alta, con un cuerpo escultural y lo más importante, qué sabía lo que quería y que no necesita a un hombre al lado para lograrlo.

“Lo que más me gustó de ella fue esa seguridad que reflejaba. Que es una mujer muy fuerte y dedicada a su familia”, comentó el empresario que aspira a su segundo periodo como Gobernador del Atlántico.

Una saludable vida en pareja  

La pareja tiene tres hijos y una nieta: Stephanie, y su hija Isabella; Eduardo y Sebastián, todos mayores de edad.               

Eduardo y Liliana tienen un grupo de amigos, pero los que más adoran es estar juntos. La pareja, que contrajo matrimonio en 1990, más que esposos parecen dos novios que no pueden dejar de elogiarse y cada uno completa la frase del otros.

“Obvio que nos gusta estar con nuestros amigos pero más nos gusta estar juntos, hacer planes juntos”, contó Liliana y Eduardo Verano agregó “somos de los  que nos quedamos todo el día en el cuarto viendo películas, series y ninguno la empieza si no está el otro”.

Se consideran muy saludables porque ambos aman el ejercicio y prefieren caminar si existe la posibilidad.

“Si la distancia es relativamente corta caminamos. Nos encanta mezclarnos con la gente, porque al fin y al cabo somos barranquilleros normales. Salimos de la casa (un edificio ubicado al norte de la ciudad) y nos vamos caminando hasta le Villa Country (centro comercial) ahí aprovechamos y hablamos un rato. Nos encanta comunicarnos y saber cómo le fue al otro”, reveló Liliana.

Por su parte, Eduardo Verano destaca sus salidas al mar. “Tenemos un lugar muy bueno en el que vamos a comer pescado a las afueras de la ciudad. Ya nos conocen y saben lo que nos gusta. A mí me gusta mucho el bocachico, róbalo, salmón. Disfruto la comida costeña y los mariscos”.

Verano, el músico

Cuando Eduardo Verano está con sus amigos adora tocar los tambores.

Uno de los sueños frustrados del empresario es la música. Si hubiese podido se hubiera dedicado a interpretar los sonidos del Caribe, pero su alma de empresario y sus ganas de cambiar al mundo pudieron más.

Yo recuerdo que cuando éramos niños la casa que menos tenía integrantes era de cuatro hijos. Yo vengo de una familia grande de ocho hermanos y cuando estábamos pequeños, podía tener yo 8 o 9 años armamos un grupo musical por mi casa en la carrera 49C. Un día un vecinos nos dijo que una orquesta se estaba desintegrando por el barrio San Felipe y que estaban vendido los instrumentos a precio casi que regalado, entonces juntamos lo que teníamos y con ayuda de nuestros papás compramos los instrumentos y armamos nuestros grupo”, recordó Eduardo Verano De la Rosa.

En el mundo musical encontró su lugar en la percusión. De hecho, es tan bueno en lo que hace que en la sala de su casa están siempre disponibles unas tumbadoras, por si se presenta un toque improvisado.

Y durante la entrevista surgió, porque el candidato no dejó ir a Zona Cero de su casa sin que mostrara sus habilidades con la percusión.

“Desafortunadamente pudo más mi alma de empresario y político”, se lamentó con una ligera sonrisa.

La  conquista comenzó por el estómago

La casa de la pareja tiene toques de color por doquier.

Verano De la Rosa presume sus habilidades en la cocina, las cuales aprendió gracias a un amigo dominicano con el que compartió varios años en su época de estudiante en Nueva York (Estados Unidos).

“Quedamos en que él cocinaba y yo lavaba los platos. Yo me fui dando cuenta de todo lo que hacía y un día le dijo que intercambiáramos labores y fue así como aprendía a cocinar”, dijo.

Esa experiencia le sirvió de mucho cuando tuvo que conocer a Stephanie, la hija de Liliana. Eduardo las invitó a comer y preparó unas pastas, pero la receta no salió tan bien cuando al candidato se le ocurrió utilizar limón.

“Mi hija solo me miraba y me decía asustada que por qué él le ponía limón a la comida. Al final lo comimos por pena”, contó entre risas Liliana. Pero la estrategia sirvió porque el político ganó una hija y ahora una bella nieta llamada Isabella.

Sus hijos, sus mejores jefes de campaña

Con Stephanie tiene una relación excelente. Es un padre consentidor y el que está para apoyarla siempre. Sus hijos varones, Eduardo de 24 años de edad y Sebastián de 22, son su polo a tierra y con los que encuentra la paz. Uno de los miembros más importantes es 'Lolo' ,"el perro político". "Es muy juguetón y cada vez que ve a su papá (Verano) se pone muy feliz", comentó Liliana.

En la casa yo soy la más regañona y Eduardo el más calmado”, manifestó Liliana Borrero.

“Hablo constantemente con mis hijos  y ellos me dicen que por qué hice eso en la campaña o por qué publiqué lo otro. Están muy sumergidos en la política, pese a que uno de vive en España (Eduardo)”, reveló Eduardo.

Así es Verano

Así es el candidato. Un hombre común y corriente, con una esposa fuerte, entregada a su familia y a la labor social. Una mujer que no teme a enfrentar retos y trabajar para ayudar a los demás.

El compromiso del político es tener una vida de satisfacción y con el sentimiento del deber cumplido.

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