Por: Álvaro Suescún

La artista cartagenera Delcy Morelos inauguró con ‘El espacio vientre’, una instalación inmersiva en la Sala 9 del Museo Universitario de Arte Contemporáneo, en Ciudad de México, en el que transforma el espacio en una experiencia sensorial que involucra los sentidos, en una invitación a reflexionar sobre la relación entre la tierra, la fertilidad y las mitologías ancestrales. 

Es la representación de la Madre Tierra, en algunas mitologías es la divinidad que nutre y da vida, o es la diosa de la fertilidad, en ella se concentra el ciclo de vida y muerte. 

Los espectadores entran en un ambiente de protección y de contemplación, en el que la obra de arte se convierte en un vientre maternal.

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Es una monumental pieza de 12 metros de altura, en la que se interactúa haciendo uso de la vista, del olfato, del oído y del tacto con esta obra que es la visión del artista sobre la tierra como un ente femenino, ligado a la fertilidad y la espiritualidad, generando una conexión íntima y trascendental con el entorno. 

Delcy concibe esta obra como un altar a la Madre tierra, y a la naturaleza porque es el sitio donde se pone lo que es sagrado, haciendo alusión a estructuras circulares de culturas prehispánicas, como la Pachamama en la cultura andina, Gea en la griega y Tlaltecuhtli en la mexica, presente en la pirámide de Cuicuilco, o la tierra de campos de maíz, en Morelos.  

La elaboración es dispendiosa porque trabaja con materiales conseguidos en sus visitas a diferentes regiones de México, proponiendo una inmersión en la relación tradicional con el espacio al crear una atmósfera que rompe la convencionalidad de la observación, llevando a los espectadores a convertirse en participantes activos, mientras el espacio escultórico actúa como un marco visual del paisaje. 

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Sus obras buscan replantear nuestra relación con la tierra para recuperar su relevancia y producir asombro ante su vitalidad, en estos tiempos en que la mayoría de lo que somos como humanos y en nuestra vida cotidiana, lo sagrado está desapareciendo, entonces pone lo sagrado en su lugar. Y un sitio esencial son los espacios museísticos en este mundo contemporáneo donde todo es cemento, horas de trabajo intensas que impiden darnos tiempo para buscar lo sagrado. 

Delcy investiga la relación de las culturas ancestrales con la tierra, su alimento, su magia y sus mitologías, sus concepciones sobre las relaciones con la naturaleza. Para ella, como para muchos pueblos originarios, la tierra es un ente femenino, sobre todo en relación con la fertilidad y la alimentación; lo que ha hecho históricamente que los seres humanos generen relaciones con ella.

Estas técnicas de alimentación se sustentan en relaciones posibles entre lo divino, lo mágico, lo natural y lo social. 

'Tierra, tantas veces tierra', fue su anterior exposición en Bogotá, memoria histórica que hace justicia con los cuerpos violentados que yacen incógnitos por la violencia. Ahora la tierra es una divinidad que engloba los ciclos de vida y muerte, pero también es el centro de los ciclos de explotación, de la guerra y de las atrocidades de la eterna violencia. 

La exposición, curada por Alejandra Labastida y Daniel Montero, estará abierta al público por 9 meses, hasta el 28 de junio de 2026.