Ángel Rivas, junto a su esposa e hijos que llegan desde Ciudad de México.
Ángel Rivas, junto a su esposa e hijos que llegan desde Ciudad de México.
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Jair Varela

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Barranquilla en Semana Santa: una experiencia inolvidable para quien la visita

La ciudad se ha consolidado como un referente turístico por su cultura, gastronomía y paisajes.

Una ‘escapadita’ a la tranquilidad. Con la Semana Santa muchos eligen disfrutar de la diversidad de Colombia, algunos lo hacen en búsqueda de destinos en los que las tradiciones religiosas siguen vigentes y otros con la intención de conocer más sobre la cultura, su gente y la gastronomía.   

Barranquilla, ‘Puerta de Oro de Colombia’, reúne todas esas características, siendo visitada por turistas de México, Pereira, Cali y Bogotá, pues no es para menos,  la ciudad ofrece una experiencia que combina belleza, naturaleza y emporio cultural.  

Zona Cero hizo un recorrido por algunos lugares claves de la ciudad como la Ventana de Campeones, encontrándose con cientos de viajeros que disfrutaban de la tranquilidad del lugar y un coco bien frío, mientras la brisa del río Magdalena hacía de las suyas.  

Ángel Rivas, junto a su esposa e hijos, se encontraba en el centro de la Aleta de Tiburón  tomándose fotos. Su acento llamó la atención, eran de Ciudad de México y en su viaje a Colombia decidieron llegar a Barranquilla pues “uno queda muy emocionado por todo lo que se ve en redes”.  

Ángel Rivas, junto a su esposa e hijos que llegan desde Ciudad de México.

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Tenemos tres días aquí, el calor está un poco bochornoso, como decimos en México, pero está rico, muy padre”, mencionó.  

Cuenta que también han visitado el Gran Malecón, un lugar que para ellos “está precioso”.  

Al preguntarles por la gastronomía costeña mencionó que han comido “arepitas muy ricas y camarones”, algo que “hemos disfrutado mucho. No ha sido picante como nos gusta en México”. 

Para escapar del frío de la capital, Andrés Peña, su pareja y amigos pasan unos días “bacanos y excelentes” en ‘curramba’ dejándose atrapar por los sabores del Caribe y la naturaleza del Ecoparque Ciénaga de Mallorquín. En su visita también incluyeron a Puerto Colombia con el Muelle 1888 y El Faro.  

Andrés Peña, su pareja y amigos, pasan unos días por Barranquilla.

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Una ciudad que deslumbra 

No hay quien no lo diga: Barranquilla, una ciudad de puertas abiertas. Y eso lo tiene presente Enix Ortiz y Carlos Rubén Silva, una pareja de caleños al que no hizo falta preguntarles de donde venían, su esencia habló por si sola.  

Junto con mi esposo, cuando coincidimos en las vacaciones, él es abogado, yo soy docente, buscamos siempre lugares dentro de nuestro país para disfrutar.  Hemos mirado lo bonita que está la ciudad, cómo ha cambiado. Entonces dijimos, vamos en Semana Santa a Barranquilla y aquí estamos”, mencionó Enix, una morena que da gusto escuchar. 

Fue tanta su admiración por Barranquilla que en cada palabra la elogió. “La ciudad está muy cambiada, muy limpia, muchos atractivos turísticos, sitios emblemáticos. Entonces eso hace que los turistas vengan, tanto nacionales como extranjeros".  

Enix Ortiz y Carlos Rubén Silva, una pareja de caleños disfrutando en 'La Arenosa'.

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El querer descubrir aquel homenaje que Barranquilla le hizo a Junior “un equipo que se nota pone a sufrir a su hinchada” la trajo hasta la Ventana de Campeones.  

Me llamó mucho la atención el lugar donde estamos y el Malecón del Río. Hay mucha gente que testea en redes sociales y dijimos, hay que ir a verlo. Es una ciudad que no tiene nada que envidiarle a cualquiera del continente”, puntualizó.  

Turistas en la Ventana de Campeones.

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Del fogón a la mesa 

Semana Santa también es una temporada para deleitar el paladar con los diferentes dulces típicos del Caribe hechos por mujeres que llevan la sazón en sus venas.  

En Barranquilla, los turistas podrán disfrutar de estos manjares en las diferentes localidades de la ciudad.  

El Gran Malecón es uno de esos puntos. Junto al Pabellón de Cristal se encuentra Tamayda Bolívar, con su mesa llena de dulces, imposible no detenerse y comprar, su olor te envuelve.  

Tamayda Bolívar, con su mesa de dulces.

Llevo 38 años haciendo estos productos. Lo más difícil de ser una cocada es preparar los materiales, porque como todo es manual, no hay máquina, no hay molinillo, todo se hace a mano. Desde que uno empieza a partir un coco, a pelarlo, a rayarlo, es un proceso, entonces físicamente es duro porque uno todo lo tiene que hacer a mano”, mencionó.  

En su mesa podrán encontrar toda clase de dulces y hasta la tradicional alegría. “El dulce de nuestros ancestros es el Mongo-mongo, pero el dulce de Guandú, Name, de Corozo, Mamón, Ciruela, Coco con leche, Coco con piña, Papaya en caballito, Papaya con piña, son tradicionales”.  

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