Barranquilla canta y baila a ritmo boricua en Navidad
Música típica y formatos orquestados de ritmos navideños de Puerto Rico, gustan en la ciudad a pesar de los años.
En medio del ambiente festivo, de alegría y emociones que caracteriza diciembre, en Barranquilla sobresale el gusto por la música típica puertorriqueña como uno de los ritmos más apetecidos a la hora de revelar el entusiasmo de esta época, fenómeno que llama mucho la atención a los mismos boricuas.
Las estaciones de radio, los estaderos, los coleccionistas y en sus casas miles de personas del común amantes de los ritmos tropicales, desempolvan discos relacionados con la temática de Navidad, y dentro de estos no dejan por fuera gran parte de la armonía boricua dedicada a estas fiestas.
Música folclórica, también llamada ‘jíbara’ en su formato de cuerdas y güiro, con honda raigambre campesina en la isla, suena como autóctona en el medio barranquillero.
Temas como ‘De cachete’, de Davilita, Pellin y Felipe; ‘Fiesta navideña’, de Carlos Pizarro; ‘Aires navideños’, de Ramito; ‘El baile de Pepe’, de Luis García, ‘Fiesta campesina’, del Sexteto Borinquen, entre muchos otros, cobran vigencia a pesar de ser canciones viejísimas grabadas hace cuatro o cinco décadas, pero que en los días decembrinos vuelven a sonar como nuevas, arrastradas en su melodía por las suaves brisas del momento dispuesta a alegrar viejos corazones y a conquistar nuevas generaciones.
Esta preferencia también incorpora música puertorriqueña orquestada en el formato salsa, y clásicos como ‘Mapeyé’, del siempre recordado Cheo Feliciano; ‘Bomba en Navidad’, de Ricardo Ray y Bobby Cruz, ‘Aires de Navidad’, ‘Doña Santos’, de Willie Colón y Héctor Lavoe; ‘Con güiro y pandereta’, del Gran Combo; para mencionar unos cuantos, igualmente llegan a los oídos a alegrarnos la vida y a ponernos a tono con la que muchos llaman “la época más linda del año: diciembre”.
Para el sociólogo Guillermo Mejía esta interacción musical del gusto y preferencia barranquillera por la música boricua en el entorno navideño tiene una sola explicación lógica y sencilla:
“El gran Caribe es uno solo. El Caribe es la mayor fusión cultural que se ha dado en la humanidad”, sentencia.
Y es que el Caribe como entidad cultural compromete una serie de elementos que permiten una afinidad, semejanza o coincidencia en muchos valores.
“Quizá sea la música un contexto de expresión que propicia una comunicación de sensibilidades y sentimientos, que se manifiestan de manera particular en Barranquilla, donde con solo llegar el mes de octubre escuchamos muchas Bomba y Plena”, añade Mejía en un análisis de la materia.
“Estas identidades se reflejan en otros aspectos, no solo en lo musical, sino también en lo deportivo, pues grandes figuras del boxeo o el béisbol de Puerto Rico, por ejemplo, han sido ídolos nuestros, casos Wilfredo Gómez o Roberto Clemente”, agrega sobre el tema el abogado Rafael De la Vega.
Ya en la parte histórica de la discografía Ley Martin, popular y versado hombre de radio, explica que la música ‘jibara’ llegó a Barranquilla a través de los picó a finales de los 60 y principios de los 70 del siglo pasado.
“De los picó que sonaban en las verbenas esa música pasó a la radio, exactamente a Radio Olímpica, por hombres como Mike Char y Luis Altamiranda que tenían acercamiento con estas máquinas, especialmente El Coreano de ‘Conce’ Hernández, y con los estaderos de la época, La Cien, Ipacaraí, El Diamante, los cuales adquirían esa música para sus negocios que luego facilitaban a la emisora, dueña absoluta de una vasta audiencia”.
En cuanto al formato de la música boricua orquestada que se afianzó en la ciudad y que ha perdurado hasta ahora, Ley Martin afirma que los dos primeros temas que sonaron en Barranquilla fueron ‘Seis Chorreao’ y ‘Que bella es la Navidad’, de los gigantes salseros Ricardo Ray y Bobby Cruz.
“Veníamos con ese sonido cuando se produce el ‘bombazo’ grande de Willie Colón y Héctor Lavoe, al incorporar a la orquesta el sonido típico boricua con el cuatro de Yomotoro en el álbum ‘Aires de Navidad’, que se convirtió en el disco más vendido en la historia de la salsa, hasta la aparición de ‘Siembra’ del mismo Willie con Ruben Blades.
A su vez Gilberto Marenco, periodista, docente universitario y coleccionista, expresa que la música boricua con sabor navideño tuvo aceptación popular en muchos sectores de la ciudad.
“Se asoció a las festividades navideñas y hace parte del repertorio de esa época, además, su uso los convirtió en clásicos”, dice.
Para el coleccionista y estudioso de la música Arnold Tejeda, el tema de la afinidad rítmica ‘currambera-boricua’ va más allá, y se soporta en estructuras de composición y arreglos musicales.
“El peso rítmico de la música afrocaribeña entre nosotros es grande. En Puerto Rico sus patrones musicales están soportados en el quintillo, o sea, la clave cubana, con las excepciones folclóricas del caso. Y si la salsa, por ejemplo, es el desarrollo de los ritmos cubanos con su estandarte el son, es explicable que los artistas boricuas tengan unos tumbaos agradables al carácter afrocaribeño que poseemos, entre ellos los que han aplicado a la música decembrina”.
Tejeda inserta un aspecto más como es el caso de la música navideña venezolana que es abundante y variada, pero la que acapara la mayor atención entre nosotros es la de la Orquesta Billo's Caracas Boys, sobre todo el repertorio contenido en su trabajo ‘Cantares De Navidad’, que desde 1964 cantamos y bailamos.
Regresando a la presencia en nuestro medio de las canciones de Navidad procedentes de la cultura puertorriqueña, que se han hecho tradicionales en nuestro medio con más de 50 años de sonar en la radio, fiestas populares y hogares de Barranquilla, el licenciado Néstor Emiro Gómez Ramos, profundo investigador musical y autor de varios libros sobre el tema, la define como “algo completamente comprensible”, anota.
“Esto se explica por la sensibilidad cultural, por ello la música de países caribeños como Puerto Rico, Cuba o Venezuela, se ha convertido en música tradicional de Navidad en la región Caribe colombiana”, manifiesta.
Indica también que hay una alta significación muy cercana a la nostalgia.
“Esta música nos produce la evocación de vivencias del pasado, por esa tendencia a aferrarnos a todo tipo de motivos que nos transporten a épocas de Navidad que disfrutábamos plenamente en celebraciones familiares”, agrega.
En conclusión, Barranquilla como parte del Caribe continental recoge con entusiasmo muchas canciones que tocan su alma en cada Navidad en especial las de Borínquen, que son deleite, añoranza y en muchos casos melancolía, sumadas desde luego al gran acervo de temas colombianos, en especial del folclor costeño con Aníbal Velásquez, Rufo Garrido, el mismo Fruko con su ‘Alma navideña’, que conforman una combinación musical ideal para recibir la natividad y sacar pareja, porque lo que viene es bravo.