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Dagoberto Rhenals, Párroco de la Catedral y Monseñor Víctor Tamayo, Obispo Auxiliar de Barranquilla.
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Jairo Cassiani

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Así están renovando la monumental obra del Cristo de la Catedral

La restauración de la imponente estatua de 16 toneladas de bronce del maestro Rodrigo Arenas Betancourt tendrá un costo de 50 millones de pesos.

A 18 metros de altura cinco trabajadores, profesionales en soldadura, trabajan para limpiar y reforzar las piezas del Cristo Libertador de Latinoamérica, obra insigne del escultor colombiano Rodrigo Arenas Betancourt, que está siento renovada en la Catedral.  “Es un concepto muy bello que plasmó el maestro Arenas y que además es una de sus obras más grandes y emblemáticas que hizo en toda su vida escultórica”, resaltó Monseñor Víctor Tamayo, Obispo Auxiliar de Barranquilla a Zona Cero.

Con sus cuerpos amarrados a arneses, estos expertos han descubierto bajo décadas de polvo y óxido la maestría del escultor que ejecutó la obra. “Es una escultura muy bella y estando sobre ella sentimos una conexión con Dios porque estamos en la casa del señor”, dijo Hernando Galvis, Soldador Profesional con más de 30 años de experiencia.

Con chorros de agua a presión el Cristo Libertador fue lavado durante el transcurso de una semana en su totalidad, en un momento en que la obra cumple 30 años de estar colgada, en la nave central del templo. “Desde hace aproximadamente tres semanas hemos comenzado este proyecto de mantenimiento y reparación de algunas áreas del Cristo. Ya hemos hecho algunos trabajos importantes dentro del mantenimiento normal que tienen estas obras”, expresó Dagoberto Rhenals, Párroco de la Catedral.

Hernando Galvis, Soldador Profesional

Desde 1998 la obra no había sido restaurada por lo cual los trabajos en su estructura eran urgentes. “Nos hemos encontrado con fatiga dentro del metal. El Cristo está sostenido por una estructura tubular e indudablemente el ambiente corrosivo de nuestra ciudad es bastante agresivo entonces hay presencia de óxido, que hay que retirar y volver a pintar y algunas piezas hay que reemplazarlas”, indicó Rhenals.

Esta fatiga del metal produjo ciertas fisuras que no representan “una preocupación pero que requerían de un mantenimiento preventivo”, explicó el párroco

El sacerdote también expuso que ciertos eventos sísmicos podían afectar la obra. “Siempre hay pequeños temblores y movimientos y la misma brisa incluso mueve la obra y eso produce un desgaste con los años”.

Arquitectos y artistas le están haciendo seguimiento a los trabajos como el maestro ubicó al Cristo, en su lugar actual, el ingeniero estructuralista, Orlando Cabrales. El párroco de la Catedral estima que en cuatro meses estarán terminados los trabajos. “Esta un patrimonio de nosotros los barranquilleros”, recalcó Rhenals.

También especialistas están revisando todas las columnas que sostienen la obra, que se realiza con equipos especiales que leen el estado del metal.

La obra del Cristo Libertador en restauración.

Los costos

El proyecto inicial estaba presupuestado en 12 millones de pesos, que consistía en limpieza y pintura, pero la renovación total de la obra tendría un costo de 50 millones de pesos. “En este momento estamos tocando puertas y estamos tocando el corazón de muchos fieles que nos puedan colaborar para renovar al Cristo en su totalidad y esperamos no tener que suspender los trabajos por falta de dinero”, agregó el párroco.

Más cerca de Dios

Siguiendo estrictas medidas de seguridad que incluyen pólizas y equipo especializado estos obreros no solo se quedan con la protección terrenal de sus cascos y arneses sino que a 18 metros de altura sobre el Cristo de 16 toneladas siempre elevan una oración al Cristo antes de intervenirlo. “Es como estar más cerca de Dios”, declaró Galvis.

Los obreros lavaron la escultura con hidro lavadoras que ayudaron a retirar el polvo y el excremento de animales como insectos y aves que se habían acumulado durante años. “En la parte metalmecánica estamos restaurando parte de las piezas que están en mal estado, no tan críticas, pero que sí hay que hacerles mantenimiento como es debido”, explicó el soldador quien agregó que el estado final estado final quedará mate.

En un andamio de 18 metros de altura trabajan los obreros.

La pataleta de Arenas Betancourt

Monseñor Tamayo contó a este medio la historia de cómo fue concebida la idea del Cristo Libertador. “Yo invité al maestro en aquella época y él se sentó en la parte de atrás de la Catedral y él dijo: “No esta iglesia es muy fea, yo no hago nada y eso no tiene forma” yo le respondí que precisamente con su obra le íbamos a dar forma a esta catedral con la imagen que iba a poner”.

Para el año 1975 comenzaron pensar en la idea del Cristo y dónde estaría ubicado con especificaciones precisas del propio Arenas. “Antes había una salida al fondo, que era como una especie de una lengua y el escultor decía que primero tenía que quitar esa lengua porque parecía que se estuviera burlando de la gente y tumbamos eso”.

Cuando finalmente el maestro Arenas tuvo un diseño elegido ocurrió un imprevisto que disgustó a al artista. “Un día me dijo: ven que te tengo un proyecto, pero cuando lo presentaron, uno de la junta dijo que eso parecía una réplica de la estatua de La Libertad y cogió una rabia Rodrigo Arenas Betancourt y decía que ellos no sabían de arte, que yo no hago nada para Barranquilla y entonces le dije: maestro trabajemos usted y yo y le prometo que no le paso más a la junta y lo resolvemos porque yo quiero que la Catedral tenga una obra suya”.

Monseñor Tamayo regresó a Medellín al estudio de Arenas donde finalmente le mostró el proyecto del Cristo Libertador en pequeño formato. Años después esa réplica en miniatura fue regalada al Nuncio Apostólico y actualmente reposa en Bogotá.

Monseñor Tamayo explica personalmente los trabajos.

En la década de los ochenta comenzó en la ciudad la gran obra de recolección de bronce en todas las empresas y las familias a través de llaves y otros objetos. “Recolectamos tanto bronce que al escultor no tuvimos que darle ni un centavo porque le pagamos todo con bronce, con parte de ese bronce, Arenas después hizo el Cristo Desnudo de Pereira”, recordó Tamayo.

Un mástil de un buque fue traído por la Armada Nacional desde Cartagena y colgado con una enorme cadena a una titánica columna de acero. En la actualidad el Cristo de 16 toneladas se puede mover y orientar hacia varios ángulos. “Abarca con su mirada a todos los creyentes”.

Sobre la importancia de la obra Tamayo opinó que “ya vamos a cumplir 30 años de haber iniciado esta obra del Cristo Liberador que fue como el centro de la Catedral y realmente le dio orden y orientación a la Catedral en su inmensidad y creó un ambiente muy bello con esta figura que Arenas ideó”.

Según su reseña artística, la obra representa a Cristo que se funde en tres figuras humanas: un blanco (el europeo), un indio (el aborigen) y un negro (el africano). Al mezclarse estas tres razas, surge el hombre Latinoamericano. “Allí está reflejada la Santísima Trinidad, después viene esa ola inmensa que vemos que es la vida y de esa ola de la vida surge el Padre, el Hijo y el Espíritu Santo que dan fuerza y va surgiendo el Cristo Liberador Latinoamericano, porque libera al pueblo y su mano derecha se convierte en una cruz de fuego, que bíblicamente es el signo se sanación, de liberación y la cruz del amor”.

Esta obra escultórica del maestro Arenas Betancourt y fundida en bronce por el maestro Darío Montoya, tiene 16 metros de alto y 7 de ancho y estuvo finalizada en 1985. “La otra mano termina en el rollo de la ley, porque tanto la cruz como la ley son liberadoras y luego detrás del Cristo aparece la corona de espinas, que no es una corona como de dolor sino de luz y como un arco de triunfo que ilumina la liberación Latinoamericana”, concluyó Tamayo.

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