Petro y los cocaleros del Catatumbo se comprometen a cambiar coca por paz
El mandatario escuchó las advertencias de que no será un proceso fácil y requerirá mucho compromiso por parte del Gobierno.
El presidente de Colombia, Gustavo Petro, participó este viernes en el primer congreso de cocaleros de la región del Catatumbo, desde donde hizo un llamado a que esta zona que concentra la mayor cantidad de cultivos de coca "sea una de las primeras regiones de la paz total, que quien mande no sea el fusil, sea el campesino y la campesina".
Petro escuchó desde el municipio de El Tarra, en el corazón del Catatumbo, la voluntad de los cocaleros y campesinos de dejar la coca para abandonar la economía ilegal en la que están inmersos, pero también escuchó las advertencias de que no será un proceso fácil y requerirá mucho compromiso por parte del Gobierno.
El primer encuentro de cocaleros del Catatumbo tuvo un proceso participativo en un intento por escuchar todas las propuestas y establecer un plan de acción conjunto. Los cocaleros se dividieron en mesas de trabajo por todo el municipio para hacerse escuchar y posteriormente llevarle las propuestas al Gobierno.
Entre las propuestas más escuchadas en los comités de trabajo se escucharon la necesidad de un ordenamiento territorial y delimitación de la frontera indígena, pavimentación de las vías para que se pueda sacar lo cultivado, garantizar la comercialización regional y aprovechar la relación fronteriza para los productos que se producen en la región.
También se tocaron otros temas como superar la cultura machista, atajar el trabajo infantil, garantizar la seguridad del territorio, luchar contra los modelos de desarrollo impuestos o celebrar una convención nacional indígena para tratar cultivos de uso ilícitos y usos tradicionales y medicinales, una propuesta que vino desde los barí y que el mandatario consideró como una buena idea.
El Catatumbo, al que Petro se refirió como "territorio estratégico", está a la "vanguardia de la sociedad colombiana" y estimó que el "poder de organización" que ostentan "es una demostración que debería irradiarse a todo el pueblo colombiano".
Ministros, representantes de varios ministerios, así como el director de la Dirección Nacional de Sustitución de Cultivos y de la Agencia de Renovación Territorial acompañaron este proceso, junto al Alto Comisionado para la Paz, Danilo Rueda.
Catatumbo, escenario de la paz
El Catatumbo "puede ser el escenario, el territorio de la construcción inédita de la paz total (...) hacer que el Catatumbo sea la primera experiencia de Colombia potencia mundial de la vida", celebró Rueda.
El problema de la coca se deriva de que "el Estado ha ordenado el territorio de espaldas a los campesinos", por eso "los planes de sustitución están siendo reformulados: escuchamos a la gente y a los procesos organizativos de los territorios", agregó el alto funcionario.
En este sentido, Petro también criticó la "existencia de una economía ilegal que es la hoja de coca, que han hecho ilegal un producto hecho por la industria del capital. Los colombianos no descubrimos la cocaína".
Pero ante la alta producción que ahora mismo existe en el país, y especialmente en la convulsa región del Catatumbo, el mandatario defendió que el campesino pueda seguir produciendo coca mientras va cambiando progresivamente por otro cultivo, todo enmarcado en una política de drogas y de sustitución que "no se haga desde Bogotá", dijo en medio de los calurosos aplausos que acogieron la propuesta.
"Tenemos que sacar el campesinado de una economía que no da más (...), la sustitución no es un asunto exclusivamente individual, tiene que ser la región la que sale a flote, y para que la región salga a flote tiene que haber un pacto social", además de impulsar y garantizar "una industria próspera que le produzca alimentos a colombianos y venezolanos", en palabras de Petro.
En definitiva, los cocaleros del Catatumbo y el Gobierno, en cabeza de Petro y Rueda, buscan pasar de ser la mayor productora de coca del mundo a ser una de las primeras productoras de alimentos para América Latina, lo que esperan que sea sinónimo de paz.
EFE