El Presidente Gustavo Petro, con megáfono en mano durante una manifestación por la liberación de Palestina en Nueva York, pronunció un discurso que escaló la retórica sobre la situación en Gaza, tildándola de "genocidio" y proponiendo una acción militar internacional sin precedentes.

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El mandatario centró su intervención en la resolución "Unidos por la paz" de las Naciones Unidas, e hizo un llamado crucial para que dos tercios de los países del mundo voten a favor de esta resolución, lo que, según él, pondría en marcha un proceso para Palestina.

El fin de la diplomacia 

El punto más álgido del discurso llegó con la crítica al poder de veto en el Consejo de Seguridad de la ONU, citando el reciente veto de Estados Unidos. "Se acabó la diplomacia", sentenció Petro.

"La historia de la humanidad nos ha mostrado durante milenios que cuando la diplomacia se acaba hay que pasar a otra fase de la lucha", agregó.

Petro instó a las naciones que aprueben la resolución a tomar medidas militares directas. Aseguró que estos países "tendrán la responsabilidad de configurar, con sus propios ejércitos, esta gran unidad –primera en el mundo–, de un ejército que haga valer las órdenes de la justicia internacional".

El Presidente fue más allá, afirmando que este nuevo cuerpo militar debería ser "un ejército más poderoso que el de los Estados Unidos e Israel juntos".

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Llamado a las armas y a la humanidad

Petro hizo un llamado explícito a la acción armada, señalando que la respuesta al "crimen contra la humanidad" que, a su juicio, ocurre en Gaza, debe ser "liderada por la humanidad en sí misma y se responde hablando, se responde saliendo a la calle y cada vez más y se responde con armas".

Incluso instó a los gobiernos del mundo a "convocar voluntarios y voluntarias que quieran entrenarse de inmediato para configurar con otras fuerzas ya constituidas el ejército de la salvación del mundo".

El Presidente concluyó advirtiendo que, si la humanidad no responde, "Gaza se repetirá en todas las ciudades del sur pobre", resaltando que el conflicto es un "desafío ante la humanidad".

Aclaró que su postura no es contra el pueblo judío ni contra Israel, mencionando que tiene amigos en ambos.