Voceros de los partidos que forman la coalición de Gobierno, Pacto Histórico, Alianza Verde, Partido Liberal, Partido Conservador, hicieron un pronunciamiento conjunto en el que condicionan su apoyo a terminar de aprobar la Reforma Tributaria, si ésta incluye finalmente impuestos a las iglesias.

Esta semana se adelantaron, sin éxito, unas reuniones entre los ponentes para definir el informe de conciliación de este proyecto, pues entre lo aprobado por la plenaria del Senado y lo aprobado por la de Cámara hubo diferencia en cerca de 16 puntos. 

Una de estas diferencias fue la de los impuestos a los centros religiosos, establecido en el artículo 15, que se eliminó en Senado pero se aprobó en Cámara.

Por ello, y ante la intención que tendría el Gobierno de finalmente sí incluir estos tributos para las iglesias, los partidos mayoritarios en Senado se unieron para advertir sobre el riesgo en el que estaría la Tributaria para aprobarse (o hundirse) si no se escucha su petición.

Generalmente en las conciliaciones, cuando se presenta el informe final, que es el que votan las respectivas plenarias, si alguna de las cámaras lo niega, el proyecto se hundirá aún a pesar de haber superado sus cuatro debates ya. Por eso, este condicionamiento no puede ser tomado a la ligera por el Gobierno.

Las reuniones entre los conciliadores y el ministro de Hacienda, José Antonio Ocampo, siguen.

Se espera que el texto final se dé a conocer la próxima semana, para que en esas mismas fechas se vote su conciliación. 

Lo curioso del caso es que varios miembros de la coalición de Gobierno son los que están poniendo ‘peros’ a este paso final, que en la mayoría de casos es un simple trámite legislativo.