Por: Roque Yidi

En medio de la polarización política en Colombia, Gustavo Petro se ha posicionado como una figura controvertida al desafiar abiertamente a las asociaciones y gremios del país. Su retórica incendiaria, centrada en la división social, ha generado descontento entre los sectores tradicionales de la sociedad colombiana.

Petro, con su enfoque en los problemas de los menos privilegiados, ha dejado de lado el diálogo con las asociaciones y gremios, optando por dirigirse directamente al pueblo. Sin embargo, esta estrategia ha generado un distanciamiento entre Petro y los sectores empresariales y profesionales del país, quienes ven sus discursos como una amenaza para la estabilidad económica y social.

Lea además: Presunta falsa médica habría suscrito 6 contratos por $ 140 millones en Clínica de la Policía: Fiscalía

A pesar de su persistente discurso polarizador, Petro enfrenta una creciente disminución en su apoyo, actualmente situado en un 34%. Esta caída en su popularidad refleja la creciente preocupación de los colombianos por su retórica divisiva y su falta de compromiso con la unidad nacional.

La polarización generada por Petro no solo obstaculiza el progreso del país, sino que también amenaza con profundizar las divisiones sociales. En lugar de construir puentes y fomentar el diálogo, Petro parece empeñado en alimentar las llamas del conflicto, lo que podría tener consecuencias devastadoras para la estabilidad y el futuro de Colombia.