Margarita Guerra
Margarita Guerra, gobernadora del Magdalena.
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El voto rural fue clave para que el Caicedismo retuviera la Gobernación del Magdalena

María Margarita Guerra se impuso, de manera arrolladora, en 23 de los 30 municipios del departamento, pero perdió en los dos centros urbanos más importantes: Santa Marta y Ciénaga.

El movimiento Fuerza Ciudadana demostró su resiliencia electoral al asegurar la Gobernación del Magdalena con la victoria de María Margarita Guerra Zúñiga, en una contienda atípica que se definió en la zona rural y no en la ciudad.

Su arrolladora victoria mostró una tendencia clara desde las primeras actas reportadas y muy contrario a lo que se preveía, la pelea voto a voto nunca se materializó. La candidata del Caicedismo sacó una ventaja irreversible desde el primer boletín, neutralizando la estrategia de su rival, Rafael Noya García, quien no logró traducir sus alianzas políticas en movilización efectiva.

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Distribución territorial del voto

Durante su cierre de campaña en el municipio de Pivijay.

Aunque Guerra no ganó en Santa Marta ni en Ciénaga —los dos centros urbanos más relevantes del departamento— las diferencias fueron reducidas y no representaron un riesgo para el resultado general. El comportamiento electoral evidenció que la mayor fortaleza de su candidatura estuvo en las zonas rurales, donde obtuvo ventajas significativas municipio a municipio.

Este apoyo rural fue determinante para inclinar el balance a su favor, compensando los resultados más ajustados en áreas urbanas.

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Uno de los elementos más influyentes en la contienda fue el discurso promovido por el caicedismo, que presentó a Noya como un candidato desvinculado e incluso contrario al proyecto político con el que previamente había estado relacionado. 

Por su parte, la campaña de Noya optó por alianzas con estructuras tradicionales y liderazgos locales. Sin embargo, estas no generaron suficiente movilización electoral, especialmente en un escenario donde los componentes emocionales y de identidad política tuvieron un peso significativo.

El papel de las obras públicas y la gestión reciente

En el Magdalena rural, la percepción sobre las inversiones ejecutadas en los últimos años —como vías, parques y centros de salud— influyó en la decisión de muchos votantes. Pueblos con obras y entregas recientes respondieron con votaciones masivas , premiando la continuidad del proyecto.

Municipios como Plato, Pivijay, Fundación, El Banco y Zona Bananera, entre otros, presentaron apoyos contundentes hacia Guerra.

Resultados municipales y configuración del mapa político

La candidata del Caicedismo obtuvo la victoria en 23 municipios, consolidando una presencia territorial dominante, mientras que Noya ganó en un número reducido de localidades, entre ellas Santa Marta, Ciénaga, Puebloviejo y Remolino.

El balance final muestra una recuperación casi total del control político departamental por parte de Fuerza Ciudadana.

Santa Marta: un resultado dual

Rafael Noya se impuso las ciudades más importantes del Magdalena: Santa Marta y Ciénaga.

Aunque Guerra perdió en la capital, los más de 40 mil votos obtenidos fueron interpretados dentro del movimiento como una señal de que el Caicedismo mantiene una base sólida en el Distrito, pese al desgaste y a la ausencia de maquinaria electoral robusta.

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Participación electoral: la abstención marcó la jornada

La votación estuvo marcada por un abstencionismo elevado: de un 1.094.215 habilitados para votar solo 341.782, acudieron a las urnas, lo que representa el 31,23%.

Aquí, la maquinaria "emocional, territorial y simbólica" del Caicedismo encontró el campo perfecto para imponerse. El triunfo de Margarita Guerra asegura la vigencia política de Carlos Caicedo, aunque obliga al movimiento a un inminente "ajuste de piezas" para reorganizar sus bases.

¿Quién es la nueva gobernadora?

María Margarita Guerra estudió derecho y posteriormente se especializó en áreas de Derecho Público y Políticas Institucionales.

María Margarita Guerra nació en Fundación en 1986. Es una abogada y líder política del Magdalena, con más de una década en cargos del sector público, donde se desempeñó como secretaria de Gobierno en municipios del departamento, asesora jurídica en áreas de educación y desarrollo administrativo, y funcionaria en programas de atención a víctimas.

Tuvo un paso visible por la Asamblea Departamental, liderando comisiones estratégicas y consolidando su perfil de gestora con conocimiento del territorio.

Durante su carrera a la Gobernación, se enfrentó a debates y cuestionamientos jurídicos como investigaciones por presunta doble militancia. Pese a estas tensiones, consolidó una intención de voto mayoritaria que finalmente la llevó a ganar la contienda electoral.

 

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