El expresidente Álvaro Uribe Vélez. A la derecha una fosa común en el departamento de Córdoba.
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EFE - ACNUR (El Macabro Pragmatismo del Paramilitar)

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El Aro: las torturas, muertos y desplazados que enredan a Uribe

En 1997, miembros de las Autodefensas Campesinas de Córdoba y Urabá entraron al corregimiento de El Aro en Antioquia y masacraron a 17 campesinos. El exjefe paramilitar 'Don Berna' asegura que Uribe -entonces gobernador de Antioquia- no solo sabía del crimen, sino que la autorizó.

El 25 de octubre de 1997, en el corregimiento de El Aro, en Antioquia, a Marco Aurelio Areiza las Autodefensas Campesinas de Córdoba y Urabá (ACCU) le sacaron los ojos, el corazón y los testículos. A su esposa, Rosa María Posada, los hombres de las autodefensas la empujaron hacia el cuerpo mutilado de Marco Aurelio mientras le decían que, si lo quería tanto, durmiera con él.

Areiza era el propietario de la única tienda del corregimiento, conformado por 60 casas habitadas por familias de campesinos que salieron corriendo y lo dejaron todo atrás después de que los paramilitares les robaran 1.200 cabezas de res y quemaran -por razones que la historia jamás alcanzara a explicar lo suficiente- todas las viviendas del pueblo, dejando indemnes apenas ocho casas y la parroquia.

Las torturas, violaciones y asesinatos que enlutaron uno -de los tantos- días negros de la historia de Colombia, no comenzaron, sin embargo, en aquel momento en que un tendero de pueblo fue asesinado y ultrajado después de muerto. Las autodefensas ya se movían en la zona desde el 22 de octubre. 

Las ACCU masacraron en El Aro a campesinos que relacionaban con movimientos guerrilleros.

Nueve personas habían perdido ya la vida, entre ellas un niño de 13 años,tres días antes de que Rosa María Posada tuviera que cubrir -a la desesperada- el cuerpo de su marido de la vista de sus dos hijos. Según quedó registrado en el informe que fue presentado a la Comisión Internacional de Derechos Humanos el 10 de octubre de 2001, el grupo de paramilitares que protagonizó aquella marcha de muerte y desolación estaba conformado por 30 personas, seres humanos que un día -por alguna razón- decidieron que, a veces, hay que matar, torturar y violar

Decidieron ellos que se podía matar, pero otros eligieron el momento y el lugar. Francisco Enrique Villalba Hernández, alias 'Cristian Barreto', jefe paramilitar asesinado en 2009, era una de las personas que mandó a los hombres de las autodefensas a El Aro para sembrar terror y muerte. 'Barreto' se entregó a las autoridades en 2003 y en 2008 dio testimonio sobre la reunión en la que se planeó la masacre del corregimiento. En el expediente 2394 del 12 de noviembre de 2008 que se encuentra entre los archivos del Congreso de la República, está registrado que en la reunión estaban "Álvaro Uribe y Santiago Uribe, el señor Mancuso, Cobra, Noventa, Carlos Castaño, mi persona, Junior y los 22 hombres que yo tenía bajo mi mando", según declaró el exjefe de las autodefensas.

'Cristián Barreto' fue asesinado pocos meses después de que empezara a hablar sobre los crímenes que había cometido y aquellos que lo habían acompañado, sin embargo, su muerte no impidió que el nombre de Álvaro Uribe quedara relacionado con una de las peores masacres que se han registrado en el país y esta relación, precisamente, es la que ha pedido la Fiscalía que investigue la Corte Suprema de Justicia, esta vez a raíz de las declaraciones de otro exjefe paramilitar: Diego Fernando Murillo, alias 'Don Berna'. 

'Don Berna' y el difunto 'Cristian Barreto' ambos jefes paramilitares han asegurado que Uribe decidió la masacre de El Aro.

En 1997, el expresidente Uribe era apenas un prospecto de lider, lejanos estaban todavía los días en que sería el mandatario de la nación y, aún más, aquellos en que comandaría la férrea oposición que ha protestado contra cada uno de los acercamientos que ha tenido el Gobierno de Juan Manuel Santos con las FARC. En 1997, Uribe era el gobernador de Antioquia, ni más ni menos.

Sin embargo, el departamento antioqueño ha sido historicamente una de las zonas más conflictivas de Colombia, por su posición estratégica relativamente cercana al océano Pacífico y Caribe -por donde la droga puede ser transportada- y sus regiones montañosas al sur, donde los grupos armados han podido ocultarse. En aquellos años funestos, precisamente, las autodefensas se disputaban con la guerrilla el control del Nudo de Paramillo, un macizo montañoso, límite entre Antioquia y Córdoba, que garantizaba el paso libre por la zona al grupo que lo dominase.

 

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De ahí la gravedad de las acusaciones que recaen ahora sobre el expresidente. De ser cierto lo que afirman los exparamilitares, Álvaro Uribe Vélez, hoy senador de la República, habría ayudado a afianzar en el poder al grupo subversivo más violento de Colombia, responsable del 38,4% de las muertes del conflicto armado en Colombia, según el informe del Centro Nacional de Memoria Histórica: "¡Basta ya! Colombia: memorias de Guerra y dignidad".

La colaboración del entonces gobernador de Antioquia no se habría limitado tan solo a asistir a una reunión, según los testimonios de los paramilitares 'Don Berna', 'Cristian Barreto' y hasta Salvatore Mancuso -quien rindió testimonio en versión libre en 2008-, los helicópteros de la Gobernación fueron puestos a disposición de los hombres que llevaron a cabo la masacre y el mismo Uribe habría sobrevolado la zona una vez el 'trabajo' estuvo terminado

En El Aro fueron desplazados 702 campesinos de sus casas y 17 personas fueron asesinadas con un ensañamiento impropio incluso de los animales, pues no bastó con darles muerte, antes de quitarles la vida las víctimas del corregimiento fueron torturadas y después de matarlas también. Así quedó plasmado en el documento final de la Comisión Interamericana de Derechos Humanos, ante la cual, el Estado colombiano fue declarado culpable, no solo por la completa ausencia de cualquier autoridad militar o policial que hubiese intervenido en favor de los campesinos indefensos, sino también por la connivencia de miembros de las Fuerzas Armadas que permitieron la masacre.

Casualidad o no, 'Cristian Barreto' no es la única persona que murió poco después de hacer declaraciones que relacionasen a Uribe con actividades criminales, el defensor de derechos humanos antioqueño Jesús María Valle Jaramillo, abogado que defendió los derechos de las poblaciones necesitadas de su departamento, dio ante un fiscal regional una declaración que pudo haberle costado la vida.

"Yo siempre vi, y así lo reflexioné, que había como un acuerdo tácito o como un ostensible comportamiento omisivo, hábilmente urdido entre el comandante de la IV Brigada, el comandante de la policía de Antioquia, el doctor Álvaro Uribe Vélez, el doctor Pedro Juan Moreno y Carlos Castaño. Todo el poder de los grupos de autodefensa se ha consolidado por el apoyo que ese grupo ha tenido con personas vinculadas al gobierno, al estamento castrense, al estamento policivo y a prestantes ganaderos y banqueros del departamento de Antioquia y el país".  

Tres semanas después lo asesinaron en su oficina.