El Senador electo, Gustavo Moreno, afirmó que las cárceles del país no están atendiendo su verdadero origen que es la resocialización de los reclusos sino que, por el contrario, se han convertido en “universidades de la delincuencia”.

En su concepto, los establecimientos carcelarios deben convertirse en “industrias penitenciarias”, aprovechando la misma fuerza laboral que constituyen los propios reclusos, tal como ocurre en diferentes países como, por ejemplo, Estados Unidos.

En este sentido, anunció que el próximo 20 de julio radicará en el Congreso de la República un proyecto ley orientado a reformar el sistema carcelario, con el propósito de cumplir con la verdadera finalidad de estos centros de reclusión.

“Actualmente un recluso le cuesta al país $2.2 millones mensuales y pagan 10 y 12 años de prisión sin aportar nada a la producción”, aseguró Gustavo Romero durante visita a Zona Cero y quien a sus 32 años de edad se convierte en el Senador electo más joven.

Precisó que en la actualidad la población carcelaria del país la conforman 120 mil reclusos en los establecimientos penitenciarios y otros 40 mil que gozan de casa por cárcel.

Para lograr este fin, agregó, se requiere el apoyo de la empresa privada del propio Estado para suscribir convenios que faciliten la realización de las áreas productivas.

Al respecto citó la experiencia de la cárcel de Caldas, en la cual mediante convenio con empresas como Pat Primo y Arturo Calle se desarrollan actividades de confecciones.

Otro tanto ocurre en la cárcel de Bucaramanga en donde los reclusos elaboran productos con la madera y calzados, mientras que otras se caracterizan por las granjas agrícolas.

En el caso de la cárcel Modelo de Barranquilla, en la cual realizó una visita este martes en compañía de la Directora Regional del Inpec, María Alejandra García, destacó los talleres de carpintería y la producción de panadería para el mismo consumo de los reclusos.

Sobre esto último planteó que lo ideal sería extender las actividades de la panadería para proveer al comercio y recaudar recursos que les pudiera servir a los mismos reclusos para el sustento de sus familias.

La cristalización de estas iniciativas dependerá de la voluntad de los directores de las cárceles, dotándolos de las herramientas legales del caso, con una política pública.

“El trabajo dignifica y socializa”, resaltó el joven Senador santandereano elegido por la coalición Alianza Verde - Coalición Centro Esperanza y quien se ha desempeñado como director de Juventudes y compromisario ante el Gobierno Nacional.

También se mostró de acuerdo con una profunda reforma al Inpec y a la Unidad de Servicios Penitenciarios y Carcelarios -Uspec-, teniendo en cuenta los focos de corrupción que han sido denunciados a lo largo y ancho del país.

Tras interactuar este martes con los reclusos de la cárcel Modelo de Barranquilla, el Senador electo continuará su recorrido en Bogotá. Ya lo hizo en Cali y Santander.