Trabajadoras sexuales protestan, tras un lustro de que su actividad fuera regulada
Especialmente las transgénero y las de origen sudamericano radicadas en Francia.
Grupos de prostitutas, gran parte transgénero y sudamericanas, se manifestaron en París para denunciar los "impactos negativos" que juzgan que ha tenido la ley francesa que regula su actividad y de la que este martes se cumplen exactamente cinco años.
La protesta, celebrada en la explanada de los Inválidos, reunió a algo más de un centenar de manifestantes, entre los que figuraban miembros del Sindicato del Trabajo Sexual (STRASS), el colectivo transgénero Acceptess-T y la ONG Médicos del Mundo.
"Estamos denunciando la cantidad de asesinatos entre las personas trabajadoras del sexo, el aumento de violencia y la falta de responsabilidad del Estado (francés), que prometió ayudar a salir de la prostitución a aquellas que lo deseasen", dijo a Efe la colombiana Giovanna Rincón, directora de Acceptess-T.
Cuando se cumplen cinco años de la aprobación de la ley para regular la prostitución, aprobada en el mandato del socialista François Hollande, Rincón acusó al Gobierno "de solo haber ayudado a 300 personas" trabajadoras del sexo, cuando habían prometido acompañar a 40.000 para que tuviesen la opción de dejar la prostitución.
También denunció que el Ejecutivo este año "no ha desbloqueado la dotación de 5 millones de euros" anuales que tiene para ayudar al colectivo, justo cuando la crisis sanitaria de la covid ha reducido la clientela.
Uno de los principales puntos de la citada ley 2016 es que establece una multa a los clientes que recurren a la prostitución, entre los 1.500 y los 3.750 euros. En 2020, las condenas se han situado en 464, menos que las 714 de 2019, una reducción influida por la covid.
Los grupos transgénero han sido especialmente críticos con esta norma y estiman que su modo de ganarse la vida está "perseguido".
"Está muy mal para quien trabaja en la calle por culpa de esa ley de la covid", lamentó la ecuatoriana trans Érika, de 37 años, quien ejerce la prostitución en París desde hace más de 20 años.
La ecuatoriana recordó los casos de asesinatos de colegas de profesión -como los que ocurrieron en los últimos años en el parque del Bois de Boulogne-. "La policía no nos deja trabajar, muchas chicas necesitan ayuda para comer", criticó Érika, que está en proceso de reinserción laboral en el área de la restauración.
Chen, trabajador de la asociación en defensa de las prostitutas de origen chino "Les Roses d'acier" (Las rosas de acero), constató que la ley de 2016 ha empeorado las condiciones de vida y de salud de las mujeres, obligadas a bajar tarifas y a lidiar con clientes que las ponen en peligro.
"Muchas de estas chicas ni siquiera hablan francés y los hombres se aprovechan de eso. Las roban, las violan", denunció el activista, quien abogó por que se despenalice la prostitución.
Además de las latinoamericanas y las chinas, las europeas del este son otro colectivo importante de la prostitución en Francia, donde la mayoría del colectivo es de origen extranjero.
Durante el acto, que contó con algunos momentos de tensión con la policía cuando una activista fue arrestada por hacer una pintada, los manifestantes portaron carteles y pancartas contra la actitud del Estado: "Arrestad a nuestros agresores, no a nuestros clientes" o "No me liberéis (de la prostitución), yo misma me encargo".
EFE