Renuncia el "número dos" del FBI tras ataques de Trump
Dejará oficialmente la agencia a mediados de marzo.
El "número dos" del Buró Federal de Investigaciones (FBI), Andrew McCabe, renunció hoy a su puesto y dejará oficialmente la policía federal a mediados de marzo tras recibir múltiples ataques del presidente de EE.UU., Donald Trump.
Sobre el papel, McCabe seguirá siendo un empleado del FBI hasta mediados de marzo, pero en la práctica ya ha abandonado su cargo, según dijo a Efe una fuente familiarizada con el asunto.
Esta fuente explicó que McCabe tenía intención de jubilarse en marzo, pero ha decidido tomar dos meses de "vacaciones" hasta que pueda retirarse oficialmente en marzo, cuando cumple con todos los requisitos del Gobierno para poder recibir los beneficios completos de su jubilación.
De esa forma, hasta que la jubilación se haga oficial, McCabe seguirá recibiendo su sueldo del FBI, según esa fuente.
En los últimos meses, McCabe ha estado en el centro de las tensiones entre la Casa Blanca y el FBI, agencia cuya credibilidad ha sido cuestionada en numerosas ocasiones por Trump.
McCabe fue la mano derecha del director James Comey, despedido por sorpresa en mayo de 2017 por el mandatario y con quien dirigió la investigación sobre la supuesta injerencia rusa en las elecciones de 2016 y los posibles lazos entre miembros de la campaña de Trump y el Gobierno ruso.
Trump ha usado Twitter en los últimos meses para arremeter contra McCabe por las donaciones que su esposa, Jill McCabe, recibió cuando en 2015 se presentó como demócrata al Senado estatal de Virginia.
En ese momento, Jill McCabe recibió más de 675.000 dólares de dos entidades asociadas con el gobernador de Virginia, el demócrata Terry McAuliffe, quien ha sido descrito como "el mejor amigo" del expresidente Bill Clinton y, por tanto, una persona cercana a Hillary Clinton, rival de Trump en las elecciones de 2016.
Mientras Jill McCabe se presentaba a las elecciones de Virginia, su marido dirigía la investigación abierta a Hillary Clinton por el uso que hizo de un servidor de correo privado para tratar asuntos oficiales cuando era secretaria de Estado (2009-2013).
En respuesta a ese aparente conflicto de intereses, Trump llegó a acusar a McCabe de recibir dinero de los "títeres" de Clinton, en referencia a los aliados políticos de la familia.
La Casa Blanca hoy quiso distanciarse de la dimisión de McCabe y su portavoz, Sarah Huckabee Sanders, aseguró que ni sus funcionarios ni Trump han tenido nada que ver con esa decisión.
"En la Casa Blanca no se ha tomado ninguna acción relativa a esta decisión", dijo en rueda de prensa Sanders, quien aseguró que el mandatario no ha ejercido presión sobre el FBI y "no formó parte de este proceso de toma de decisión" que ha desembocado en la salida de McCabe.
Trump, por su parte, fue preguntado sobre la dimisión de McCabe por un grupo de periodistas en la Casa Blanca, pero no hizo ningún comentario.
Según la cadena Fox, justo después de que estallara la noticia sobre la dimisión de McCabe, el director del FBI, Christopher Wray, y el "número dos" del Departamento de Justicia, Rod Rosenstein, llegaron a la Casa Blanca para reunirse con el jefe de gabinete, John Kelly.
Ante las supuestas presiones del Gobierno para acabar con McCabe, el actual director del FBI, Wray, había amenazado con dimitir, según publicaron este mes medios locales.
Según reportes de prensa, el fiscal general de EE.UU., Jeff Sessions, sugirió a Wray, en el cargo desde agosto de 2017, que necesitaba un "nuevo comienzo" con los altos rangos de la policía federal y, al hilo de eso, sugirió que era necesario despedir a McCabe.
En respuesta a Sessions, Wray amenazó con dimitir si McCabe era despedido o reasignado a otro puesto diferente.
Los motivos de la salida de McCabe siguen sin aclararse, pero algunos congresistas republicanos ya han expresado su agrado por la noticia al considerar que beneficiará al FBI.
Por ejemplo, el legislador republicano Matt Gaetz consideró que la decisión de McCabe es "un paso adelante" para acabar con la "falta de parcialidad" del FBI que, a su juicio, fue lo que motivó que la agencia investigara las interacciones de la campaña de Trump con miembros del Gobierno ruso.
Esa investigación sobre la llamada "trama rusa" está ahora en manos de Robert Mueller, director del FBI entre 2001 y 2013 y que ahora ocupa el puesto de fiscal especial, desde el que trabaja de forma independiente de cualquier brazo del Gobierno para garantizar la neutralidad de sus pesquisas.
EFE