La posibilidad de grandes incendios forestales aumentará considerablemente en este siglo, advirtió en un informe el Programa de Naciones Unidas para el Medio Ambiente (Pnuma).

Si bien los incendios, naturales, accidentales o provocados que están ocurriendo hasta ahora no son causados directamente por el calentamiento del planeta, sí se originan cada vez más por sequías intensas y prolongadas, relacionadas de manera directa con ese preocupante fenómeno global, así como con los cambios en el uso de la tierra.

Uno de los objetivos es lograr que el mundo a reduzca el aumento de la temperatura media a +2°C respecto a la era preindustrial, según los acuerdos de París.

El número conflagraciones catastróficas aumentará entre un 9 por ciento y un 14 por ciento hasta 2030, entre 20 y 33 por ciento hasta 2050 y entre 31 y 52 por ciento hasta 2100, señalan los cálculos del estudio.

La alerta temprana de dicho organismo que elaboró el reporte con el centro ambientalista noruego Grid-Arendal, agrega que “los incendios forestales y el cambio climático se agravan mutuamente”.

Inger Andersen, directora ejecutiva del Pnuma, observó que la respuesta actual del gobierno a los incendios forestales está poniendo el dinero en el lugar equivocado.

“Lamentablemente, lanzar agua desde helicópteros es una señal de fracaso más que de esperanza, tenemos que minimizar la posibilidad de incendios forestales extremos estando mejor preparados: invirtiendo más en la reducción del riesgo, trabajando con las comunidades locales y aumentando la colaboración”, expuso Andersen.

La “fórmula de preparación para incendios” del Pnuma y Grid-Arendal contempla que dos tercios del gasto en la materia se destinen a la planificación, prevención, preparación y recuperación, y un tercio a la respuesta.

En la actualidad, la respuesta directa a los incendios forestales suele recibir más de la mitad del gasto correspondiente, mientras que la planificación y la prevención reciben menos de uno por ciento.

Colombia vivió un intenso incendio forestal que fue sofocado este domingo 20 de febrero en Puerto López, Meta, en el que ardieron 1600 hectáreas, entre cañaduzales y siembras nativa.

Este informe de prevención fue divulgado durante los preparativos para la reanudación de la quinta sesión de la Asamblea de las Naciones Unidas para el Medio Ambiente (UNEA-5.2), a celebrarse entre el 28 de febrero y el 2 de marzo de 2022 en Kenia, África.