Los cardenales colombianos Luis José Rueda y los eméritos Rubén Salazar y Jorge Enrique Jiménez oficiaron una misa por la situación de Colombia, en la capilla de Santa Mónica, en la Plaza del Santo Oficio de Roma.

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Oraron por Colombia durante una homilía en vísperas del cónclave para elegir al nuevo Papa. 

El acto religioso fue liderado por Rueda y la violencia que sacude en la actualidad al país, fue el tema central. 

El cardenal Rueda expresó que en el país tenemos "una serpiente que nos ha mordido" fuertemente en la historia colombiana: el narcotráfico, las economías ilegales que han causado muerte, que han envenenado a muchos colombianos.

"Que la vida sea respetada en Colombia, que la vida sea una vida digna, que la vida no sea irrespetada por las armas de violencia, de terrorismo que enlutan a tantas familias", expresó uno de los electores del nuevo Papa en el cónclave.

Rueda advirtió que hay muchas armas en nuestro país con una economía de muerte. 

"El odio genera muerte, el amor genera vida. ¿De dónde vienen todas estas armas?, ¿Quién fabrica esas armas?, ¿Cómo las comercializan?, ¿Cómo entran a Colombia?, ¿por qué llegan a las manos de jóvenes hombres y mujeres y por qué ellos empuñan las armas?", añadió. 

El cardenal afirmó que a esos jóvenes "seguramente les ha faltado amor". 

"Yo quisiera dirigirme a muchachos y muchachas de nuestro país, a nuestros paisanos que han empuñado las armas y se han dedicado a hacer sufrir y a llenar de luto, tristeza y lágrimas tantas regiones de nuestro país. Por favor, deténganse. Nosotros también les podemos ofrecer el amor que puede faltar en su corazón, en su conciencia, ese vacío de amor, ese vacío de vida", sostuvo.

El cardenal manifestó que hay salidas al conflicto en nuestro país porque "la sangre de un colombiano es sangre de todos, de la gran familia de los colombianos". 

En ese sentido, recordó al Papa Francisco y dijo que que se necesita la valentía de la conversación "entre diversos, entre personas que piensan distinto, quitar las armas, abrir el corazón, escucharnos unos a otros, conversar, dialogar, expresar lo que sentimos, incluso lo que no nos gusta de nuestro país para ponernos de acuerdo y trabajar por la unidad".

Rueda puntualizó que "es la valentía del diálogo".

El cardenal también fue claro en decir que "no podemos estar acostumbrados a la violencia verbal que nos hace daño a todos".