Hace 50 años que Elsa y Rubén se conocieron y se enamoraron bailando. Fue en una tarde en Lanús -ciudad argentina- que ella se le acercó tras varias semanas de coqueteo y se concretó todo. 

“Un día caminando por Lanús me lo cruzo, no me olvido más, vestía una remera amarilla. Decido acercarme y pedirle 2 pesos para el boleto de colectivo. Él me respondió: ‘¿Cuándo me los devolvés?’. Aproveché y le dije: ‘El día que me saques a bailar’", dijo Elsa en declaraciones recogidas por el diario Milenio. 

Su amor floreció rápidamente y hoy día, tras décadas casados y haber tenido dos hijos, siguen guardando el bailar como algo especial como los dos.

Es por eso que todos los fines de semana hacen un viaje de 400 kilómetros hasta Mar del Plata, para pasar todo el fin de semana, literalmente, bailando. 

“Desde hace quince años hacemos 400 kilómetros para venir a bailar. La rutina es siempre la misma, él termina su jornada laboral, comemos algo y salimos a la ruta. El sábado vamos a la playa, y cerca de las 14 estamos en la pista hasta las 20. Lo mismo ocurre el domingo. A la noche volvemos a casa”, detalló Elsa. 

Así es que los ciudadanos de Mar del Plata los han recibido como unos habitantes más del balneario. Así sea solo por los fines de semana. 

Además, esto ha tomado un tinte mucho más especial, pues de sus dos hijos solo les sobrevive uno. Su niña falleció hace varios años a causa de un cáncer. 

“De la familia, era la única a la que le gustaba bailar, y amaba vernos en casa, siempre nos ponía música. Le bailamos al cielo, en su honor”, cerró Elsa.