Brasil reintroduce con éxito 12 manatíes a la naturaleza
En un intento de incentivar la multiplicación del número de ejemplares de esta especie endémica del río Amazonas y de sus afluentes.
Brasil concluyó esta semana con éxito una expedición para reintroducir a la naturaleza 12 ejemplares de manatí de la Amazonía, una especie de sirenio amenazada de extinción que es considerada como uno de los mayores mamíferos acuáticos de agua dulce del mundo.
Fue el mayor número de manatíes (Trichechus inunguis) ya liberado en ríos amazónicos en una misma expedición, en un intento de incentivar la multiplicación del número de ejemplares de esta especie endémica del río Amazonas y de sus afluentes en Brasil, Perú, Ecuador, Bolivia, Colombia, Venezuela y Guayana.
Los animales liberados, cinco machos y siete hembras, tienen entre 3 y 16 años de vida, pesan en promedio 120 kilos y miden hasta 2 metros de extensión. La especie, cuya pesca está prohibida en Brasil, puede alcanzar hasta 500 kilos y 3 metros.
"El proceso de reintroducción a la naturaleza fue realizado con total éxito. Los animales fueron liberados y dejamos un científico en la región para que les haga un seguimiento inicial", dijo a Efe un vocero del Instituto Nacional de Pesquisas Amazónicas (INPA), el organismo estatal responsable por el proyecto.
Los manatíes fueron liberados en la reserva de desarrollo sustentable Piagaçu-Purus, un área a 173 kilómetros de Manaos, mayor ciudad de la Amazonía y en donde está la sede del INPA.
El INPA ya había reintroducido a la naturaleza en los últimos 10 años 23 ejemplares de manatí, todos en esta reserva ambiental, ubicada casi en la desembocadura del río Purus y en donde las comunidades de pescadores han recibido entrenamiento para ayudar en la preservación de la especie.
"Con los de ahora llegamos a 35 ejemplares liberados en la reserva, de los que tenemos información de que siguen vivos y en la región, al menos los que cuentan con cinturón de vigilancia (con transmisores de radio que permiten su seguimiento). De los 12 reintroducidos en esta expedición, cuatro tenían cinturón", detalló el vocero del INPA consultado por Efe.
Los animales fueron trasladados el viernes a la región en un barco adaptado con tres gigantescos tanques de agua y liberados entre sábado y domingo, en una expedición que el INPA concluyó el lunes, cuando los transmisores de radio fueron activados.
El INPE lidera desde 2008 el Programa de Reintroducción de Peixes-bois (Pez-buey, como se le conoce en Brasil) del Proyecto Mamíferos Acuáticos de la Amazonía, que rescata, adapta y devuelve a la naturaleza ejemplares que caen accidentalmente en redes o que son decomisados aún vivos a pescadores y cazadores.
Este proyecto tiene como socios la organización no gubernamental Asociación Amigos del Peixe-boi (Ampa), el Proyecto Museo en la Floresta y la japonesa Universidad de Kyoto, que desarrolla iniciativas científicas para luchar contra su extinción.
Los 12 animales reintroducidos a la naturaleza y que eran criados en tanques especiales en la sede del INPA fueron víctimas de caza ilegal o de captura accidental, explicó el biólogo Diego de Souza, responsable por el programa de devolución a los ríos.
"Las crías rescatadas son rehabilitadas en los tanques de fibra del INPA. Por lo general, estos animales perdieron su madre a manos de cazadores o quedaron presos en redes de pesca", explicó Souza, un especialista en biología de agua dulce.
Según la coordinadora del proyecto, Vera da Silva, el programa de reintroducción es esencial para garantizar la conservación de una especie que aparece en la categoría de "vulnerable" en la lista de animales amenazados de extinción.
"Son animales mansos y con movimientos lentos, por lo que terminan siendo blancos fáciles para los cazadores. Para restablecer la población de esta especie, que es muy importante para el equilibrio de los sistemas acuáticos, promovemos desde hace 10 años el programa de reintroducción", afirmó la investigadora.
Para los expertos, el manatí es una de las especies más amenazadas de la Amazonía tras haber sido cazado indiscriminadamente por décadas por su piel, su grasa y su aceite, y por la degradación de su hábitat como consecuencia de la deforestación de la selva.
Tras su rehabilitación, los animales rescatados pasan por una etapa de semicautiverio de un año en una hacienda de piscicultura en Manacapuru, próxima a Manaos, en donde son seleccionados los que se consideran como más adaptados para volver a la naturaleza y aptos para alimentarse por sus propios medios.
"Ellos comen por día el equivalente a cerca del 10 % de su peso y en cautiverio los alimentamos con vegetales cultivados y yerba. En la reserva tendrán a su disposición como alimento cerca de 60 especies de plantas acuáticas", indicó Souza.
EFE