Los ejércitos surcoreano y estadounidense realizaron hoy un gran ejercicio aéreo que incluyó el despliegue de bombarderos estratégicos B-52 o cazas F-22, una muestra de fuerza que llega dos días después de que Pionyang realizara un simulacro con vistas a poner pronto en órbita un satélite de reconocimiento militar.
Las maniobras, que se realizaron al suroeste de la isla surcoreana de Jeju (unos 450 kilómetros al sur de Seúl), contaron con la participación de esos dos tipos de aeronaves por parte estadounidense, mientras que las fuerzas aéreas surcoreanas enviaron también cazas F-35 y F-15, según explicó en un comunicado el Ministerio de Defensa Nacional del país asiático.
Los F-22, que se encontraban estacionados en la base aérea de Kadena, en la isla japonesa de Okinawa, se estacionarán esta semana en la base de Gunsan (180 kilómetros al sur de Seúl) para realizar más maniobras con cazas F-35 surcoreanos "ante la insistente amenaza del programa nuclear y de misiles norcoreano", añade el texto.
Los ejercicios han servido para "mejorar la interoperabilidad entre la República de Corea (nombre oficial de Corea del Sur) y los EE.UU. a la hora de ejecutar operaciones combinadas" y se enmarcan dentro de la llamada "disuasión extendida".
La disuasión extendida o ampliada es un compromiso adoptado por el Pentágono con Seúl para el envío de activos estratégicos estadounidenses a la península en función de las acciones del régimen norcoreano.
El despliegue de los B-52 y los F-22 estadounidenses se acordó en realidad el pasado 3 de noviembre, momento en el que el régimen norcoreano disparó más de una treintena de misiles en una sola jornada para responder a otras grandes maniobras aéreas de los aliados.
La semana pasada Pionyang probó un nuevo motor de combustible sólido para futuros misiles de largo alcance y el domingo lanzó un satélite de prueba, dos test de entre las decenas que Corea del Norte ha llevado a cabo en un año récord en el que la tensión en la península coreana está alcanzando nuevos máximos históricos.
EFE