La nueva aguja de la Catedral de Notre Dame, icono de este célebre monumento que quedó reducida a cenizas en el incendio de abril de 2019, comienza a tomar forma en esta última fase de reconstrucción, constató este miércoles la agencia EFE.
Un aparatoso andamio se eleva ya en el crucero del templo, dentro del cual se está levantando la aguja, cuya silueta es perceptible dentro de la jaula metálica que la sostiene.
De este modo, el ritmo de las obras sigue el curso previsto, pues la idea es que esta aguja, que databa del siglo XIII aunque fue reconstruida en el XIX por Eugène Viollet-le-Duc, esté completamente visible antes de la inauguración de los JJOO de París, que comienzan el 26 de julio de 2024.
No obstante, el templo no reabrirá sus puertas hasta el 8 diciembre de ese mismo año.
El organismo encargado de la reconstrucción no ha dado, hasta el momento, detalles sobre el proceso de levantamiento de la aguja y hoy señaló a EFE que no tiene previsto divulgar comunicados hasta el próximo 8 de diciembre, justo un año antes de esa reapertura.
De acuerdo con los planes iniciales, la parte esencial de la misma, es decir los elementos de madera, debería estar completamente instalada para finales de este 2023.
Ya en los primeros meses 2024 están previstos los trabajos de recubrimiento de plomo y la instalación de seis pequeñas campanas, así como la colocación del gallo en la punta, de forma que la aguja sea idéntica a la destruida.
La aguja estará construida de roble verde, de árboles de 14 a 18 metros de alto que fueron talados en el invierno de 2021-22, y que incorporará adornos de plomo, como la original.
La nueva Notre Dame contará además con un conjunto de avanzados sistemas contra incendios, comenzando por un sistema de vaporización en la zona de la carpintería de la techumbre.
El sistema emitirá agua vaporizada en caso de que los sensores detecten el inicio de un fuego.
EFE