Molinares y Berdugo, autores de los goles que dieron al Junior su segunda estrella, en 1980
Hace exactamente 45 años, el 17 de diciembre de 1980, en el estadio Pascual Guerrero de Cali, Carlos Molinares y Gabriel Berdugo marcaron los goles que le dieron al Junior la segunda estrella en el fútbol colombiano tras empatar 2–2 con el Deportivo Cali.
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El equipo verdiblanco se había ido al descanso con una ventaja 2–0, producto de dos goles de pena máxima convertidos por Willington Ortiz, que para el narrador Édgar Perea no existieron. De ahí nació su famosa frase en la transmisión: "Gorayeb 2 –Junior 0", con la que hacía referencia al presidente del equipo verdiblanco (Alex Gorayeb) sugiriendo que este había comprado al árbitro del partido, el español Manuel Fandós.
El primer tiempo fue desastroso para Junior, pero el ingreso de Molinares y de Fernando Fiorillo en la parte complementaria le cambiaron la cara al Junior, que con el empate se coronaba campeón.
Molinares marcó el gol del descuento en el minuto 28 y Berdugo hizo el del empate a siete minutos del final.
“Todo el mundo pensaba que nos iban a llenar, hasta nosotros”, dijo Berdugo, capitán del Junior, al recordar que el Cali salió a arrasarlos y a los 15 minutos ya iba ganando 2–0.
En el entretiempo, el técnico José Varacka les dijo de todo a sus jugadores. Les preguntó qué les pasaba, por qué habían entrado dormidos a la cancha. Dulio Miranda fue uno de los que más recibió regaños de Varacka, quien le recriminaba por no poder parar a Willington.
“Profe, ya me duelen los pies de tanto pegarle”, le respondió Dulio para justificar el tremendo baile que el 'viejo Willy' le había dado esa noche a toda la defensa del Junior.
“Para el segundo tiempo, Berdugo pasó a marcar a Willington y ahí los matamos porque ese era el motor del Cali. Berdugo, con su técnica, no tuvo necesidad ni de hacerle falta”, señala Molinares, luciendo una réplica de la camiseta que usó el Junior del 80, con el patrocinio de Pioneer.
Varacka decidió meter a Molinares y le pidió que hiciera diagonales en el frente de ataque, que alguna le iba a quedar para meterla. Así fue. Molinares aprovechó la que tuvo y mandó al fondo de la red del Deportivo Cali.
“Con mi gol el equipo cogió confianza y nos fuimos más al ataque, porque mitrando el primer tiempo, el Cali era para que nos hubiera hecho cuatro goles”, dice Molinares.
El gol del empate de Junior vino tras una falta que le cometió Chiappe, defensa argentino del Cali, a Miguel Ángel Converti, llegó el gol del empate.
“Dulio me dijo: ‘compadre, vaya usted y haga el gol’ y yo me fui. Me ubiqué del lado derecho y nadie me paró bolas, me ignoraron. Cuando Fernando (Fiorillo) le pega el latigazo, el arquero (Carlos Valencia) quiso cogerla, pero la cancha estaba lisa y se le va. La pelota quedó a una altura de un metro de altura y yo piqué para buscar el rebote y le pegué como los dioses. Si yo botaba ese gol, a Barranquilla no llego", relata Berdugo sobre su histórico gol.
De la velocidad que llevaba, Berdugo se estrelló contra el poste y cayó al suelo. Allí le cayeron sus compañeros para celebrar el gol que les daba el título.
Molinares y Berdugo, cada vez que escuchan la narración de Édgar Perea de los goles de ese partido, admiten que la piel se les eriza.
“Es impresionante cómo el presentía que venía el gol que nos iba a dar el título, lo veía desde allá arriba. A mí me da de todo cada vez que lo escucho”, dice Molinares.
Los goles de Carlos Molinares y de Gabriel Berdugo dieron la segunda gran alegría a los seguidores del Junior, que al día siguiente fue a brindarles un multitudinario recibimiento.
Junior se coronó campeón con una fecha de anticipación y su último partido fue el domingo siguiente contra Nacional en el Romelio Martínez, partido que quedó 1–1 y Berdugo también marcó el gol.
“A ese partido fuimos a jugar enguayabados”, contó Molinares, quien junto a sus compañeros venía festejando desde el final del partido contra el Cali.