Integrarse con el móvil, el reto de una aplicación de idiomas para inmigrantes

Lejos de aislar a la gente, la tecnología desarrollada por la aplicación móvil AILEM, que acaba de recibir el Premio Europeo Carlomagno de la Juventud, pretende acelerar la integración de los inmigrantes con juegos y guías para que aprendan el idioma de acogida de forma dinámica y tumben así las barreras culturales.

"Creada por refugiados y para refugiados" es el lema de esta aplicación que en su web se abre también a los demandantes de asilo, y que fue diseñada por Abobakar Sediq Miakhel, un joven afgano apasionado de la informática que se vio obligado a emigrar a Bélgica durante la adolescencia, en busca de un país de asilo para su padre.

Junto a una amiga que daba clases de inglés a refugiados, Abobakar decidió poner en marcha la aplicación AILEM en 2021, cuando tan solo tenía 18 años, y ahora -dos años después- ya acumula más de 7.000 descargas, la mayoría en Europa y África.

Este estudiante de Física e Ingeniería Mecánica explica en una entrevista con EFE que, a diferencia de otras aplicaciones de aprendizaje de idiomas, AILEM ofrece unos contenidos "hechos a medida" para las casuísticas a las que puede hacer frente un refugiado, un demandante de asilo o un inmigrante en general.

"Todo nuestro contenido lingüístico está centrado en su experiencia y sus necesidades, de modo que puedan aprender las cosas realmente importantes que necesitan cuando llegan a un nuevo país", explica.

El funcionamiento de AILEM es muy intuitivo: la aplicación cuenta con una serie de guías con vocabulario ajustado a sus necesidades, desde hacer trámites burocráticos hasta ir al médico, y todo ello traducido del idioma materno al idioma del nuevo país, con la posibilidad de escuchar con audio las palabras o frases construidas.

"Puedes usarlo cuando vas al hospital, para ir a comprar, cuando coges el bus o el tranvía, cuando rellenas un documento como refugiado, cuando pides comida... Y si, por ejemplo, el refugiado es musulmán también puede pedir comida 'halal', así que está muy personalizado en base a la experiencia de cada uno", expone Abobakar.

Buena fe de ello da Said Hamza Sadat, que trabaja como vendedor en una tienda de telefonía de Bruselas donde muchos inmigrantes acuden a recargar el saldo de su móvil, y afirma que la aplicación AILEM le ha facilitado la comunicación con sus clientes.

"Aquí en el barrio tenemos a muchos ucranianos que no hablan nada de francés y que acaban de llegar a Bélgica. A veces es difícil entenderse, así que se descargan la aplicación y podemos hablar", detalla Hamza, que es un joven afgano.

Su hermano pequeño, que ha llegado recientemente de Afganistán, también usa la aplicación AILEM, y asegura que gracias a ello tiene muchas facilidades para moverse por Bruselas y entenderse en la escuela con sus nuevos compañeros de clase.

"Yo llegué a Bélgica en 2015. No sabía hablar francés, y fue mucho más difícil para mí ir a cualquier parte, como coger el tren o ir al hospital, pero ahora cuando veo a mi hermando que va con la aplicación me doy cuenta de que lo tiene más fácil", subraya Hamza.

Además afirma que los niños como su hermano "están todo el día con el teléfono" jugando en línea con sus amigos, y por ello celebra que AILEM ofrezca la posibilidad de realizar pruebas interactivas con otros usuarios.

Según el fundador de la aplicación, crearon esta opción porque muchos jóvenes "no necesariamente quieren aprender la gramática o el idioma" de una forma convencional.

Abobakar detalla que, más allá del aprendizaje lingüístico, AILEM también ofrece a los usuarios una guía personalizada de diferencias culturales que explica, por ejemplo, las costumbres o festividades del país de acogida en comparación con las del país de origen.

Además, la aplicación cuenta con una sección "de intercambio" que pone en contacto a refugiados e inmigrantes con habitantes de los municipios donde viven, para que los autóctonos avisen a los recién llegados de las actividades que hay en marcha en la zona, explica Abobakar.

Justamente, uno de los retos que se fija el joven fundador de AILEM es que más gente de las comunidades locales se descargue la aplicación, con el objetivo, dice, de "reforzar los lazos" entre ambos grupos, y hacer que no solamente sea una plataforma para los recién llegados.

EFE

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