Los equidnas, un mamífero ovíparo parecido a un erizo, tiene pocas defensas contra el calor en Australia, por lo que ha desarrollado varios trucos, como hacer pompas con la nariz para refrescarse, según han descubierto investigadores de la Universidad de Curtin en el país oceánico.
En un comunicado, la universidad australiana indicó este miércoles que investigadores liderados por la doctora Christine Cooper han estudiado mediante aparatos de visión térmica cómo estos mamíferos con una especie de pico consiguen bajar la temperatura de sus cuerpos cubiertos de púas.
Los equidnas australianos ("Tachyglossus aculeatus") no pueden jadear como los perros, sudar o lamerse para aliviar el calor, por lo que los investigadores de Curtin estudiaron las formas en que este pequeño animal, de unos 40 centímetros de largo y un peso medio de 5 kilogramos, se refresca.
"Observamos una serie de métodos fascinantes usados por los equidnas para adaptarse al calor que les permite estar activos a temperaturas mucho más altas de lo que se pensaba antes", afirmó Cooper, de la Escuela de Biología Molecular y Ciencias Naturales.
"Los equidnas hacen pompas con la nariz y las explotan para humedecerla. Cuando la humedad se evapora enfría su sangre, lo que supone que la punta de su nariz funciona como una ventana de evaporación", explicó la científica.
Las espinas y pelambre que cubren su cuerpo les sirven para retener el calor, por lo que usan las partes descubiertas bajo el abdomen y en las patas para enfriarse si lo necesitan, según el estudio publicado en la revista "Biology Letters".
Cooper recordó que los equidnas son los únicos mamíferos, junto con el ornitorrinco, que ponen huevos y el estudio puede ser importante para entender la adaptación de los primeros mamíferos.
"Entender la biología termal de los equidnas es importante también para predecir cómo responderían al calentamiento del clima", apostilló la científica, que destacó cómo la tecnología, en esta caso la visión térmica, es útil para el estudio de la fisiología animal.
Los equidnas, que se encuentran en Australia y partes de las islas de Nueva Guinea y Salawati, tienen una especie de pico con una delgada apertura de la que extienden una lengua de unos 20 centímetros para comer insectos y lombrices.
Las hembras desarrollan un marsupio temporal, parecido al de los canguros, para la incubación y lactancia de sus crías.
El nombre proviene de una monstruosa ninfa con forma de serpiente de la mitología griega, Equidna, madre de importantes monstruos como Cerbero, la Hidra de Lerna y la Esfinge.
EFE