El impacto en la salud del calor extremo, responsable de más muertes en Australia que todos los desastres naturales juntos, se ha convertido en el foco de estudio de un laboratorio de la Universidad de Sídney, donde una cámara climática permite analizar cómo las altas temperaturas afectan al organismo, especialmente en ancianos, niños y embarazadas.
El Centro de Investigación sobre Calor y Salud (Heat and Health Research Centre) de dicha universidad trabaja no solo para comprender los efectos de las olas de calor y las altas temperaturas a lo largo de la vida, también busca soluciones y propone recomendaciones a gobiernos locales y organismos internacionales.
"Un aspecto clave de lo que hacemos es centrarnos en las soluciones, no solo en definir el problema", explicó este viernes a EFE el profesor Ollie Jay, director del centro, en el marco de una visita de la Asociación de Corresponsales Extranjeros de Australia (FCA, por sus siglas en inglés).
Y es que el calor extremo es cada vez más frecuente en el país austral: desde 1910, la temperatura media en Australia ha aumentado 1,5 grados Celsius y las olas de calor se han hecho más largas e intensas.
EFE