“Vas a saber muy pronto de mí”: estremecedor relato del padre de Samuel, bebé asesinado por su madre en Buritaca
La mujer, de 28 años, fue condenada el 1 de diciembre de 2025 a 36 años y 8 meses de prisión, pero se encuentra prófuga de la justicia.
Edwin Guerrero, padre de Samuel, el bebé de 15 meses asesinado por su madre, Yenni Alexandra Higuera Casallas, el 3 de abril de 2022 en una playa de Buritaca, Santa Marta, entregó un desgarrador testimonio sobre los últimos días de vida de su hijo, en un nuevo episodio del pódcast Más Allá del Silencio, del periodista Rafael Poveda.
La mujer, de 28 años, fue condenada el 1 de diciembre de 2025 a 36 años y 8 meses de prisión, pero se encuentra prófuga de la justicia.
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A lo largo de la conversación con Poveda, Edwin, con la voz quebrada, narra desde los primeros episodios de violencia psicológica hasta la última vez que vio a su hijo con vida.
“Prometo que nos vamos a volver a ver”: la última vez que vio a su hijo
Edwin recordó el último momento que tuvo con Samuel. Fue el 26 de febrero de 2022, un día que, según cuenta, no le correspondía verlo.
“Me lo dejó ver cinco minuticos. Lo alcé… y él se acostó en mi pecho. Un niño de un año quieto así es raro. Yo lo abracé y le dije: hijo, prometo que nos vamos a volver a ver”.
Tres minutos. Eso duró el último abrazo entre un padre y su hijo. Cuando lo devolvió, Samuel intentó llorar, pero al sentir a su madre en brazos se calmó. Edwin nunca imaginó que ese gesto sería una despedida.

Primeras señales: “La foto del niño rapado fue una alerta que omití”
Durante la entrevista con Poveda, Edwin reconstruyó un patrón de episodios que ahora interpreta como señales de alarma. Uno de los más impactantes ocurrió a finales de 2021.
“No me contestaba. Hasta las seis de la tarde me mandó una foto del niño… totalmente rapado. Tenía once meses. Lo vi incómodo, molesto. Hoy sé que esa fue la primera alerta”.
Según él, Yenni reaccionó así porque él no había llegado a casa la noche anterior. Otro episodio resume la inestabilidad de la relación: “Yo no quise comerme una arepa. Me la tiró en la cara, caliente. Me quemó. Y aun así seguí manejando”.
Un patrón que, en palabras de Edwin, mezclaba control, impulsividad y un profundo resentimiento cuando él intentaba poner límites.
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“Vas a saber muy pronto de mí”: la frase que hoy lo persigue

Cuando Edwin decidió terminar la relación, Yenni lo buscó en su trabajo con chocolates y promesas de volver. Él le dijo que no. “Ella se volteó y me dijo: vas a saber muy pronto de mí. Yo estaba ocupado y no le puse cuidado. Hoy quisiera devolver el tiempo”.
A las pocas horas, ya tenía una denuncia por violencia intrafamiliar y una incapacidad de 25 días en su contra. Un documento que, sin pruebas claras, le impidió volver a ver a su hijo de manera regular. Edwin recuerda con rabia y dolor la respuesta de la comisaría: “Me dijeron: ‘Como usted le pegó, no puede ver a su hijo. Su hijo no es un juguete’. Yo lloré, supliqué… pero no me dejaron verlo”.
El relato evidencia cómo, según Edwin, las instituciones fueron dejando grietas por donde el peligro se filtró sin que nadie actuara a tiempo. En marzo de 2022, tras meses de trámites y negativas, por fin lograron regularle las visitas.
Edwin relató cómo, tras meses de trámites, el 31 de marzo de 2022 debía recoger a su hijo. Pero Yenni no se presentó. “Yo sabía que algo iba a hacer. Ella siempre movía todo cuando estaba a punto de que me dieran visitas”. Horas después, la madre estaba desaparecida. Y Samuel también. Ese fin de semana, Edwin fue a la URI para denunciar la desaparición del niño.
“Después de dos horas esperando, salió la funcionaria y me dijo: su caso no es importante, venga el lunes. Yo me fui destrozado”.
El 5 de abril, una llamada de la Policía de Santa Marta confirmó su peor miedo.

Primero le pidieron fotos de Samuel. Luego, treinta segundos después, le enviaron la noticia: Un bebé había sido encontrado muerto, desnudo, boca abajo, en una playa de Buritaca. “Yo solo dije: esa bruja lo mató. Sentí que me arrancaban el alma”.
Edwin viajó de inmediato a Santa Marta. No lo dejaron ver el cuerpo. Medicina Legal le exigió una prueba de ADN. “Me dijeron que me fuera 45 días mientras salían los resultados. Les dije: no me voy. Me quedo aquí hasta que me devuelvan a mi hijo”.
Ocho días después, el 15 de abril, recibió las pequeñas pertenencias de Samuel: una cobija, un par de prendas, un recuerdo que aún abraza con dolor. Los pobladores del sector fueron claros: “Eso no fue un accidente. Aquí los cuerpos no aparecen así. Y menos un niño tan pequeño”.
Según lo revelado por Edwin en Más Allá del Silencio, tras dejar el cuerpo del niño en la arena, Yenni caminó descalza buscando refugio. Terminó en la casa de una familia de la zona. “Les dijo que era de Bogotá, que la había empujado el novio… y que gracias a Dios no tenía hijos”.
Esa respuesta, según Edwin, la delata más que cualquier prueba técnica. La mujer estuvo 15 días desaparecida, viajando entre Barranquilla, Valledupar, Montería y Bucaramanga. Fue capturada en junio de 2022. Estuvo dos años en prisión y salió por vencimiento de términos en junio de 2024. Regresó a ser capturada en 2025, pero escapó. Hoy sigue prófuga.
“Mi hijo fue asesinado, y ella está libre”

“Jenny es capaz de cualquier cosa. Me aterra saberla libre. Y duele… duele saber que mi hijo hubiera cumplido cinco años este año”. Un año después del crimen, el 3 de abril de 2023, Edwin volvió a ser padre. Su hija, Emily, nació exactamente el mismo día en que Samuel cumplió un año de muerto.
“Dios me devolvió lo que el enemigo me quitó”, dijo, con un nudo que ninguna palabra logra soltar.
Hoy, mientras avanza la orden de captura en su contra, el paradero de Yenni Alexandra Higuera sigue siendo desconocido. Las autoridades confirmaron que su sentencia, de 36 años y 8 meses de prisión, permanece en firme y que la búsqueda continúa activa a nivel nacional.
El caso de Samuel Guerrero permanece abierto en varias instancias judiciales por las denuncias previas interpuestas entre sus padres y por las actuaciones que antecedieron al viaje a Santa Marta. La Fiscalía mantiene en curso las investigaciones sobre los trámites que retrasaron la regulación de visitas y los reportes de desaparición del menor.