Más de 12 horas trabajando llevaba Plinio Raúl Jiménez Camargo cuando se estrelló contra una tractomula, en la calle 30 con carrera 30 de Soledad, a la altura de Gecolsa. Afuera de la Clínica La Victoria, donde falleció el taxista, su esposa contó que lo vio por última vez al mediodía del pasado miércoles.

“Él llegó en la mañana a la casa, recogió a nuestra hija y la llevó a realizarse unos exámenes médicos, porque está embarazada. Luego regresó con ella, durmió un rato y volvió a salir”, contó Lorena Pérez, esposa del conductor.

Desde entonces, su familia le perdió la pista a Jiménez hasta que su sobrino lo llamó en la madrugada de este jueves para que lo recogiera. El hombre de 64 años pasó por su sobrino, Hugo Zárate Blanco, y la novia de este, Adriana Ortiz Velásquez, en un taxi tipo zapatico de placas STN – 169.

Según algunas versiones, a las 3:05 de la madrugada el taxista iba en velocidad por la calle 30 saliendo de Soledad con rumbo al barrio Galán, en Barranquilla. La directora del tránsito de Soledad, Juliana Monterroza, explicó que en la investigación que se realizó se pudo determinar que, a la altura de la empresa Gecolsa, Jiménez "habría sufrido un infarto y en vez de frenar lo que hizo fue acelerar y por eso chocó contra la parte trasera de la tractomula".

Jiménez sufrió varios traumas en el cráneo y en el tórax, y fue llevado a la Clínica La Victoria. Pero las causas de la muerte, según la investigación, fueron tres infartos que sufrió. Durante cerca de dos horas los médicos intentaron estabilizaron, pero falleció a las 5 de la mañana. Las dos personas que iban en la parte posterior fueron trasladados a la Clínica Campbell con fracturas: el sobrino tenía una en uno de sus brazos y la joven una en su pierna izquierda.

La directora del tránsito de Soledad indicó que los pasajeros relataron que cuando iban en la vía, el hombre se llevó las manos al pecho por un fuerte dolor que sintió y el carro se aceleró antes de chocar.

Lorena Pérez, quien llevaba 18 años de convivencia con el fallecido, indicó que vivían en el barrio Galán, en la calle 36 con carrera 2C. El carro donde se accidentó pertenecía al padrino de ella. Desde hacía 20 años Jiménez se dedicaba a ser taxista y últimamente trabajaba de día y de noche.