Helbert, Israel, Jesús, Moisés, Said, Álvaro, Javier, son siete personas honestas que un día del último trimestre de 2021 salieron, como gente de bien, a trabajar y murieron en atracos, en Barranquilla y el área metropolitana.

Son sólo siete ejemplos de cómo la delincuencia pareciera ganar la batalla en esta sección del país pues los resultados de las “exhaustivas investigaciones” son pocos, pese a las recompensas que se ofrecen por información.

Los homicidios aumentaron en Barranquilla registrando cifras que no se veían desde hace cuatro años.

Eran personas que trabajaban para impulsar a sus familias a un mejor mañana.

La mayoría eran jefes de hogar, y entre ellos, un joven que ayudaba a su padre que le enseñaba a ganarse la vida honradamente. La mayoría de los casos se registraron en el último trimestre del año.

Helbert

Helbert Ramírez Lagos era un bogotano que vivió los últimos 8 años de su vida en la capital del Atlántico. La oportunidad de un mejor futuro para sus dos hijas lo trajo a Barranquilla porque perdió su trabajo en Bogotá y su familia política le ofreció apoyo por las dos niñas que tenía bajo su responsabilidad. Una de 10 y otra de 12. 

Era un “rolo” de 41 años de edad que se le midió al sol barranquillero. Trabajaba como domiciliario y fue asesinado en la noche del jueves 7 de octubre en la calle 41 con carrera 14, barrio La Victoria.

Los delincuentes primero le dispararon y luego le robaron la motocicleta. Esa noche, en casa se quedaron esperando a Helbert porque nunca regresó por culpa de la delincuencia.

Israel

Israel Antonio Insignares Tinoco, fue un barranquillero que estudió contabilidad pero que por falta de oportunidades laborales vio truncado su futuro y a los 36 años de edad, en la carrera 7H con la calle 35 A, del barrio Las Palmas fue asesinado el martes 19 de octubre.

Su asesinato fue similar al de Helbert, lo mataron para robarle una motocicleta con la cual se estaba ganando la vida.

De este crimen tampoco se ha informado de resultados en las investigaciones.

Jesús

El tercer caso en esta relación de siete casos de gente honrada cuyas vidas acabó la delincuencia, es el de Jesus Clímaco Murillo Mosquera, vigilante del conjunto residencial Villas de San Antonio, en Soledad, fue asesinado a bala por dos delincuentes que intentaron quitarle su arma de dotación.

Jesús Clímaco laboraba desde hacía 7 años en la empresa VP Global y llevaba 7 meses asignado a la vigilancia de ese conjunto residencial.

Este hombre de 62 años de edad, el 27 de octubre pasado cumplía su último turno nocturno tras estar una semana en ese horario. Los planes que tenía para el día de descanso, no se pudieron cumplir.

Al vigilante que había superado un cáncer la delincuencia lo mató y frenó el impulso que le daba a su compañera sentimental para que se hiciera un trasplante de riñón.
 

Moisés 

Moisés Hernando Henao López era un comerciante del centro de Barranquilla. Su vida acabó el lunes 8 de noviembre en la calle 42 con carrera 7A, frente a su residencia del barrio La Magdalena, en donde residía.

Al finalizar su jornada laboral en un local de su propiedad en el Centro, Moisés llegaba a su casa acompañado de su esposa. Allí, perdió la vida.

Los delincuentes en moto que lo siguieron le quitaron a la mujer su bolso, el celular y la billetera con documentos. Moisés trató de reaccionar con una pistola taser  pero los antisociales le dispararon. El comerciante fue llevado a la Clínica Murillo a donde ingresó al centro asistencial sin signos vitales.

De los responsables de este asesinato, tampoco se sabe nada.

Said

Ese mismo día, (8 de noviembre)  Said Samuel Cervantes Rubio, de solo 19 años de edad, perdió la vida “por un bendito celular” contó un día después su papá Dairo Manuel Cervantes. 

Su progenitor había montado un negocio de comidas rápidas en el barrio El Manantial, en Soledad, solo con la ilusión de “salir adelante''.

Don Dairo había quedado desempleado como consecuencia de la pandemia y montó el negocio.

El joven que estudiaba electricidad industrial en el Sena estaba al frente del negocio cuando llegaron delincuentes a atracarlo y para quitarle el celular lo mataron.

De este crimen, tampoco hay resultado de las investigaciones.

 

Álvaro y Javier

Álvaro Iriarte y Javier Molinares tenían en común el oficio del taxista y los dos murieron en menos de 24 horas el 8 de diciembre .

El primero fue asesinado en medio de un atraco en jurisdicción de Puerto Colombia. Delincuentes venezolanos le solicitaron una carrera, “pero la finalidad era robarle el taxi".

Mientras tanto Javier Gregorio Molinares Meza, de 52 años, fue asesinado en medio de otro atraco en Villa Estadio. A él le quitaron sus pertenencias y lo poco que había logrado en dinero en pocas horas de trabajo.

De los siete casos mencionados, sólo en estos dos, los presuntos autores están tras las rejas.