El periodista Rafael Poveda y Edinson Fajardo, señalado jefe de la banda responsable del crimen.
El periodista Rafael Poveda y Edinson Fajardo, señalado jefe de la banda responsable del crimen.
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Por robarle “supuesta” colección de relojes: la versión inédita sobre el asesinato del fiscal antimafia Alcibiades Libreros

Desde una cárcel del Valle del Cauca, el supuesto jefe de la banda implicada en la muerte del fiscal rompe el silencio. ¿Fue un asesinato planeado o un hurto que se salió de control?

El asesinato del fiscal antimafia Alcibiades Libreros Varela, ocurrido el 29 de diciembre de 2019, dentro de su vehículo en el sur de Cali, sigue siendo uno de los crímenes más inquietantes para la justicia colombiana. A casi seis años del hecho, la pregunta persiste: ¿fue un homicidio ordenado por estructuras criminales o un robo común que terminó en tragedia?

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En un nuevo episodio del pódcast Más Allá del Silencio, el periodista Rafael Poveda habló cara a cara, desde la cárcel de Jamundí, con Edinson Fajardo, señalado por la Fiscalía como jefe de la banda responsable del crimen. Su versión desafía la hipótesis oficial.

Un fiscal condecorado, múltiples amenazas y una muerte sin resolver del todo

Libreros Varela era considerado uno de los fiscales más experimentados y condecorados del país. Especialista en crimen organizado, lideraba procesos contra bandas criminales en el Valle del Cauca. Según fuentes judiciales, estaba amenazado por distintos grupos ilegales.

Su muerte, ocurrida a plena luz del día dentro de su automóvil, activó de inmediato una hipótesis: un asesinato selectivo. Sin embargo, Fajardo sostiene que el fiscal no era el objetivo.

“Nosotros no sabíamos que era un fiscal. Para nosotros fue un hurto”, afirma desde prisión.

La escena clave: una panadería, una maleta y relojes por 800 millones

Según el relato, todo comenzó en una panadería del sur de Cali, un lugar que la banda frecuentaba por la presencia habitual de personas con joyas de alto valor. Allí, Fajardo asegura haber visto al fiscal sin identificarlo como tal.

El punto de quiebre llegó con la aparición del hermano de Libreros. “Cuando vi la maleta con relojes suizos, supe que eso valía una fortuna”, relata.

De acuerdo con su versión, la colección incluía relojes de marcas como Cartier y estaba valorada en unos 800 millones de pesos. Minutos después, el fiscal se retiró solo y dejó la maleta en la parte trasera del vehículo.

La persecución y el momento en que todo se descontroló

La banda decidió seguirlo. El plan, según Fajardo, era un hurto rápido, como los que realizaban de forma rutinaria. Nada más. “Nunca salimos con la idea de matar a nadie. Era un robo, como tantos otros”, insiste.

En un semáforo del sur de la ciudad, uno de los integrantes se acercó al vehículo del fiscal. Según la versión entregada, Libreros estaba armado y reaccionó.

“Él alcanzó a disparar primero. Ahí fue cuando todo cambió”, cuenta. En medio del forcejeo y el cruce de disparos, el fiscal recibió un impacto fatal en la cabeza. La banda huyó sin llevarse los relojes.

Horas después, Fajardo afirma haber visto un video que cambió su panorama por completo. “Ahí fue cuando nos dimos cuenta de que era un fiscal antimafia. Fue un frío horrible”.

La noticia sacudió a la ciudad. La Fiscalía anunció recompensas, habló de estructuras criminales y vinculó el caso a bandas de sicarios. Para los investigadores, el crimen no fue accidental.

El 7 de enero de 2020, apenas nueve días después del homicidio, los cuatro integrantes de la banda fueron capturados de manera simultánea. Fajardo fue condenado a 27 años de prisión, sin beneficios.

La Fiscalía sostuvo que el homicidio estaba relacionado con amenazas previas contra el fiscal y con estructuras criminales organizadas.

Nos quisieron meter como sicarios de una oficina de cobro. Eso no era cierto”, sostiene.

Según él, las pruebas de cámaras y llamadas demostraban un patrón de robos previos, no asesinatos por encargo.

Más allá de la versión judicial o de la defensa, el caso expone una realidad incómoda: fiscales que investigan mafias poderosas y se movilizan sin esquemas de seguridad visibles.

“¿Cómo un fiscal tan amenazado andaba solo?”, se pregunta Fajardo durante la entrevista. La muerte de Alcibiades Libreros no solo dejó una familia marcada, sino un debate abierto sobre la protección del Estado a quienes enfrentan al crimen organizado desde la justicia.

Desde prisión, Edinson Fajardo insiste en que el crimen no fue planeado. La justicia sostiene lo contrario.

El asesinato del fiscal antimafia sigue siendo, para muchos, un símbolo de los riesgos que enfrentan quienes persiguen a las mafias en Colombia… y de las preguntas que aún no tienen una sola respuesta.

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