El Monseñor César Alfonso Narváez Muñoz, Obispo Misionero de la Vicaría Episcopal de Soledad y perteneciente a la Iglesia Anglicana del Caribe, no va más como gestor de paz para que 'Los Costeños' y 'Los Pepes' se sometan a la justicia.

Zona Cero y Atlántico en Noticias conocieron en primicia que la resolución que lo nombró gestor de paz fue revocada por orden presidencial.

Presidencia consideró que el Monseñor "no representa la voluntad del Gobierno Nacional frente al desarrollo y exploración de un proceso de paz en Barranquilla u otro territorio nacional".

En su reemplazo estará Camilo Pineda Serge, quien representará a la Consejería Comisionada de Paz (CCP) en el departamento de Atlántico. 

El nombre del Monseñor salió a relucir en julio de este año, cuando se conocieron algunos detalles sobre la negociación de paz o sometimiento de los grupos armados organizados mencionados.

La decisión de revocar la resolución fue dada a conocer en una reunión a la que asistieron José Antonio Luque, secretario del Interior del Atlántico; Jorge Senior, rector de la Universidad Autónoma del Caribe; Carlos Leonardo Córdoba y Sonia Córdoba Alvarado, funcionarios de la Presidencia de la República.

En esa reunión estuvo Camilo Pineda Serge, el reemplazo del Monseñor César Alfonso Narváez Muñoz.

El Obispo hacía parte de la mesa religiosa y venía ayudando a la Gobernación para sacar el sometimiento adelante.

Recordemos que el Presidente de la República, Gustavo Petro, anunció el pasado 20 de mayo en Barranquilla el inicio de la formalización de una fase exploratoria para un proceso de paz urbana en el área metropolitana.

En los primeros días del mes de septiembre se formalizará la vinculación de Pineda Serge como enlace territorial del Gobierno en el departamento del Atlántico.

'Los Costeños' y 'Los Pepes', a través de sus máximos líderes Jorge Eliécer Díaz Collazos, alias ‘Castor’; y Digno Palomino, respectivamente, han manifestado su "voluntad de paz" en el tiempo reciente y la "intención" de "someterse" a la justicia.

Sin embargo, lo anterior se ve opacado a diario, pues las negociaciones no avanzan en firme y las extorsiones, atentados y homicidios selectivos siguen azotando a Barranquilla y su área metropolitana.