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Estado en que quedó el vehículo.
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Óscar Mejía - Seguimiento.co

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Para “rebuscarse”, el conductor del trágico accidente recogió a las víctimas en la calle 17

El viaje le serviría para ahorrarse el pago de los peajes y ganarse algunos pesos.

Virgilio Gómez Gutiérrez, un bumangués de aproximadamente 46 años de edad, se ganaba la vida vendiendo perfumes en los buses intermunicipales que llegaban a Santa Marta, o en las rutas de los que transitaban entre el Rodadero y la sede de los Bomberos.

Este miércoles –lejos de imaginarse la tragedia de la que sería protagonista– el hombre le preguntó a una amiga vecina del hotel La Sierra, donde estaba residiendo por estos días, si estaba dispuesta a acompañarlo en un viaje fugaz a Barranquilla para comprar nueva mercancía para vender en las rutas de los buses. Como una burla al destino, esta mujer, según se lo confirmó ella misma a Seguimiento.co, no alcanzó a viajar porque se quedó dormida.

Fue así que muy temprano, Virgilio abordó su carro, un Hyundai Accent TS, color blanco, de placas BJU 512  modelo 98, para ir en búsqueda de la mercancía.

Heriberto, amigo del conductor que llegó a la clínica Bahía para confirmar la trágica noticia, dijo a este medio digital que “Virgilio era un hombre rebuscador (…) Y cuando iba a Barranquilla a comprar las colonias, recogía a pasajeros en el camino”.

En efecto, en la calle 17 de Barranquilla, justo antes de emprender el regreso, Virgilio encontró en el camino a una familia conformada por una mujer de avanzada edad, su hija y el pequeño sobrino, quienes habían ido a Barranquilla a reclamar un auxilio que dan a las personas de la tercera edad. El viaje le serviría para ahorrarse el pago de los peajes y ganarse algunos pesos.

Los testimonios conducen a una imprudente invasión de carril.

Lucrecia Ramos, de aproximadamente 90 años de edad, Adelina Tapia Ramos, de 51 años, y el pequeño Matías Ojeda, de 10 años, abordaron el vehículo de Virgilio y lo acompañaron de regreso a la ciudad. El destino de la familia era el barrio el Pando, donde residían. Nunca llegaron.

El viaje por conveniencia llegó a un trágico final en el kilómetro 84 + 100 metros, en inmediaciones de las instalaciones de Ecopetrol en Santa Marta, en el sector de Pozos Colorados.

En ese punto de la vía, testigos dicen que Virgilio quiso adelantar a un bus de Berlinas, pero al cambiar de carril, presuntamente a alta velocidad, se encontró con un bus adscrito a la empresa Cootrasmag que se movilizaba a muy baja velocidad. No hubo tiempo de frenar y el automóvil quedó incrustado contra la defensa del bus, que era conducido por el Rodolfo Rafael Bornachera Sánchez.

En el lugar de los hechos perdió la vida Lucrecia Ramos (anciana de 90 años). Ella viajaba en el puesto del copiloto. En grave estado de salud, fueron trasladados hacia la clínica Bahía Virgilio Gómez, Adelina Victoria (51 años, hija de Lucrecia) y el pequeño Matías, nieto y sobrino de las dos mujeres. Horas después, los dos adultos perdieron la vida.

El niño aún se debate entre la vida y la muerte en la UCI pediátrica de la clínica Mar Caribe, a donde fue trasladado debido a la gravedad de su situación.

La ciudad quedó conmocionada este miércoles por el trágico accidente. En especial, porque justo en esa zona, taches en el piso obligan a los vehículos a bajar la velocidad.

 

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