Las autoridades ya han encontrado 11 cuerpos de los 16 homicidios confesados.
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EFE

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Monstruo de Monserrate ha confesado 16 homicidios… Pero podrían ser muchos más

Según el último reporte de la Policía, han encontrado 11 cadáveres en el cambuche avdonde Fredy Valencia llevaba a las indigentes para pedirles favores sexuales a cambio de un baño y nueva ropa.

El fin de semana del 20 de noviembre, una familia sin techo llegó hasta el cambuche de un lote en el centro de Bogotá, en el cerro la Paz, justo al lado del emblemático Monserrate, con la intención de negociar con el único ocupante de este terreno, la posibilidad de pasar allí la noche.

Después de dialogar un rato con esa persona, que se presentó como Fredy Valencia, aquella familia accedió a hacer el pago de 10 mil pesos por pasar cada noche en ese terreno, convertido en basurero.

Fue así que estos ‘inquilinos’ comenzaron a retirar unos escombros para hacerse un espacio, cuando el perro de la familia olfateó un fétido olor que iba más allá de la basura que rodeaba el lugar: eran rastros de un cuerpo humano descompuesto.

Sin levantar sospechas, estas personas denunciaron ante la Policía la preocupante aparición y las autoridades dieron inicio a la labor de investigación que, días después, desembocó en la captura de Fredy Armando Valencia Vargas, quien se identificó como el dueño del predio. Habían encontrado cuatro cadáveres.

La noticia explotó a comienzos de la semana en medio de una confusión, y con el paso de los días fue magnificándose a un punto de que aún no se puede dimensionar.

Los ademanes y la elocuencia al hablar confundieron en un principio a la opinión pública sobre lo que habría detrás de estas muertes, teniendo en cuenta que habían ocurrido a pocos metros de una de las principales vías de tránsito de la capital del país. ¿Cómo era posible que nadie se hubiera percatado de las muertes?

Fredy Valencia, al ser capturado por la Policía.

No pasó mucho tiempo para que esta persona hubiera confesado que no se trataba de cuatro cuerpos, sino que en realidad había asesinado a siete personas en ese lugar ubicado en las faldas de Monserrate. Una vez capturado, Valencia Vargas reconoció que el último crimen lo había cometido hace un año, y que estos homicidios ocurrieron en los últimos cuatro años.

“Actualmente estamos inspeccionando el lugar. Verificamos si existen más cuerpos abandonados a los alrededores”, dijo Humberto Guatibonza, director de la Policía de Bogotá el miércoles pasado.

Al poco tiempo se conocieron nuevos detalles sobre el modus operandi de esta persona.

Según confesó el propio homicida, Fredy Valencia buscaba a sus víctimas en la olla del Bronx, donde convencía a indigentes mujeres, entre los 18 y 22 años para que se fueran a su cambuche, donde él les prometía aseo, ropa y comida, lo cual resultaba muy tentador para estas mujeres. A cambio, este hombre les pedía favores sexuales.

En zonas aledañas adonde se dieron los homicidios, viven otros indigentes en cambuches, quienes no dudaron en señalar al homicida.

“A ellas les regalaba ropa, dinero, joyas, pegante o vicio, todo a cambio de tener sexo, y a las que no cumplía la palabra, simplemente terminaba matándolas. Con algunas de ellas, ya estando muertas, tenía relaciones sexuales”, confesó en el interrogatorio.

La mente retorcida de Valencia le permite pensar a los investigadores que en este lugar ocurrieron hechos macabros que una mente normal no concibe. Para el viernes, la Sijín ya había encontrado 9 cadáveres, más un torso y una pierna pendientes de identificación.

Precisamente, el mismo viernes ‘el monstruo de Monserrate’, como se le conoció a este homicida, confesó a la Policía que había recordado el homicidio de otras siete personas, por lo que este número ascendería a 16.

En declaraciones a los medios, el confeso asesino justificó que solo actuaba “en defensa propia” y rechazó que lo tildaran de “monstruo”.

El papá lo recuerda como una persona “violenta”

Cuando la noticia recorrió el país, el papá de Fredy Valencia, quien quiso mantener su nombre en reserva, habló para los medios de comunicación y dio detalles que denotan el comportamiento que, desde joven, ya mostraba su hijo. Por eso reconoce que, aunque se impactó con la noticia, no le sorprendió.

“Yo vivía rezando por él y esperando en qué momento me llamaban para decirme que estuviera muerto o detenido. Uno se preparaba para eso”, dijo.

“Todo papá debe hablar bien del hijo, pero él es de muy mal carácter. Yo le pagaba piezas, pero a él le quedó más fácil volarse hasta que consiguió su cambuche ahí en el lugar donde luego cometió los homicidios”, agregó.

El último balance de la Policía, difundido este sábado, reporta ya la aparición de 11 cadáveres, por lo que aún falta la aparición de 5 que ya están confesados.

Pero, teniendo en cuenta que el primer homicidio ocurrió en 2010 y el último apenas en noviembre del año pasado, las autoridades no descartan que este cruento episodio tenga una dimensión aún no imaginada.  

De momento, la hipótesis con la que se mueve la Fiscalía sería de al menos 24 mujeres asesinadas.