Doriela Miranda tuvo una premonición.

Creyó que era ella la que iba a morir tras recibir un abrazo de su hijo Carlos Andrés Cuesta Miranda, porque lo sintió como si fuera el último, pero en realidad era que el que iba a fallecer era su hijo, de 21 años, tras ser impactado con un bala que un hombre disparó cerca de su casa, el pasado lunes en el barrio Bello Horizonte de Soledad. 

“Me dijo que tenía hambre y yo le dije que esperara que estaba hablando con mi mamá. Él me dio un abrazo y yo le dije: Carajo que abrazo tan hermoso, no lo había sentido. Será que tu mamá va a amanecer muerta, porque a mí me habían operado de la cabeza,  y hoy día ya veo que el muerto era mi hijo”, contó la mamá del joven.

La mujer aseguró que su hijo no recibió el balazo porque le apuntaron a él sino que una persona que apareció de un callejón venía haciendo disparos porque, al parecer, tuvo un problema con unos hombres cerca de un arroyo y desafortunadamente una bala impactó al joven. 

“El tipo sale de un callejón haciendo disparos a la loca y yo entro a la casa. Yo pensé que mi hijo había alcanzado a entrar, cuando vemos que mi hijo de 9 años grita: mi hermano, mi hermano y es cuando nos asomamos y vemos a mi pelao en la puerta tirado”, relató Doriela.

Aclaró que no estaba con un amigo, como señala el reporte oficial. 

“Él estaba solo y no estaba con un amigo. El tipo como que peleó con alguien allá abajo. No sabemos qué estaba pasando, no lo conocía, y cuando pasó por acá por la casa siguió disparando y allí es cuando mi hijo cae”, expresó.

El joven fue auxiliado y llevado al Materno Infantil de Soledad y luego remitido a la Clínica Campbell de Barranquilla, donde se confirmó su deceso.

Carlos Andrés estaba haciendo actualmente el curso, de manera virtual, para ingresar a las filas de la Policía.

Recibía clases desde la Escuela Antonio Nariño apenas desde el 20 de mayo del presente año.