Mamá de estudiante asesinado en El Ferry lo había reportado como desaparecido
La mujer señaló que desconocía su paradero desde el sábado y fue hasta el domingo en la tarde que supo de su asesinato.
Los gritos de Milanis Zamora Rollero en la parte externa de Medicina Legal de Barranquilla reflejaban el profundo dolor que sentía ante la pérdida de su único hijo Alexander Junior Jiménez Zamora, de 22 años, asesinado la noche del sábado en el barrio El Ferry de Barranquilla.
Alexander, según manifestó su mamá, salió de la vivienda de su abuela en el barrio Rebolo en horas de la noche y no lo volvieron a ver.
“Mi hijo salió del trabajo, en una llantería que está en la 17, llegó a la casa de mi mamá, se bañó y salió. A las 9 de la noche lo llamé y le dije que a qué hora iba a regresar para que comiera. Me dijo que regresaba luego y no llegó. A las 11, cuando me iba para mi casa en Soledad lo llamé otra vez, me dijo que ya iba para donde la abuela y no regresó. Yo me fui para mi casa y me acosté. El domingo me levanté y empecé a preguntar por él, un primo me dijo que estaba en la playa con una amiga, pero no nos podíamos comunicar con él. Lo busqué por todos lados y no me daban razones”.
Milanis señaló que se empezó a preocupar por su hijo, tanto así, que denunció a las 11 de la mañana del domingo la desaparición de su hijo.
“Nosotros denunciamos la desaparición y después nos fuimos para El Ferry, una amiga dijo que allá habían matado a un muchacho, pero que no sabían quién era. Después en la noche me confirmaron que sí era mi hijo, mandaron una foto y me dijeron que estaba en Medicina Legal”.
“Le arrebataron la vida a mi único hijo. Era lo que más quería. Era un niño juicioso. No sabemos porque lo mataron, desconocemos problemas que haya tenido”, agregó la mamá de Alexander.
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Milanis Zamora manifestó su interés de conocer las razones por las cuales le asesinaron a su hijo y pidió a las autoridades investigar lo sucedido.
Alexander Junior Jiménez estudiaba mecánica diésel en la Corporación Educativa Formar y laboraba en una llantería ubicada en la calle 17. Residía con su mamá y su padrastro en el sector de Granabastos.
El joven será recordado por su mamá como un “joven trabajador, quien tenía ganas de salir adelante para ayudarme a mi”.