La finca “Las Palmitas”, un predio ubicado en zona rural del municipio de Manatí, Atlántico, guardaba el secreto de dos hermanos que habrían participado en la desaparición y posterior homicidio de Wilmary Carolina Guerra Montilla, de 32 años, en hechos ocurridos en septiembre de 2023. 

Fue el escenario de un asesinato y Wilmer Guerra, papá de la joven venezolana, logró después de una larga búsqueda, encontrar el terreno que su hija dio a conocer por medio de un video y donde dejó su última señal de vida. 

“Después de todas las investigaciones que se hicieron y que hice yo personalmente, se dio con la captura del hermano de Franklin, quien era el administrador de la finca para el momento en que Franklin llevó a mi hija para allá. Consiguieron al muchacho muy tranquilo, relajado en su casa, chateando por teléfono y hasta sin chancla estaba. Todo el tiempo negó los acontecimientos, empezaron a presionarlo y a negociar con él. El investigador  le decía que lo que quería era que le entregara el cuerpo, que se sabía que él había estado allí porque él era administrador de la finca”, precisó el papá de Wilmary.

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Según contó Wilmer a Zona Cero, el fiscal a cargo del caso continuó presionando al hermano de Franklin, indicando que “cómo iba a ser posible que el hermano llegara, hiciera todo eso y él no se iba a enterar”.

“Empezaron a trabajarlo y fue cuando dio una primera versión. Admitió que su hermano llegó con mi hija el 19 de septiembre temprano y pasaron todo el mediodía en la finca, en la tarde iban a hacer un acto de brujería. Dijo también que los llevó a otra finca del patrón de él, porque en esa no se podía hacer brujería. Los dejó, se regresó y después no supo más nada de él. Señaló que se había enterado por la prensa de que la muchacha andaba desaparecida, que llamó al hermano y le preguntó qué había pasado y él le dijo que no sabía nada de ella, porque cada quien se había ido por su lado”. 

Ni Wilmer, ni los investigadores creyeron dicha versión, por lo que continuaron presionando para que el hermano de Franklin “dijera la verdad” e indicara “el sitio exacto donde estaba el cuerpo de Wilmary”. 

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“El hombre al final accedió a decir dónde estaba el cuerpo de mi hija pero la versión que él manejaba era que su hermano le había pasado la información. Se armó el operativo, se convocó a la gente, se prepararon los antropólogos y arrancaron para allá el jueves en la mañana”, precisó el papá de Wilmary, quien no dudó en afirmar que el hermano del presunto asesino participó en los hechos. 

“Nadie me va a hacer creer que ese individuo fue derechito donde estaba el cuerpo enterrado solo por una referencia. Eso es mentira. Tuvo que haber participado”, aseguró.

Según la información recolectada por Wimer, Franklin a quien también se le atribuyen “prácticas de brujería", llevó a su hija a la finca supuestamente para realizar “un acto de hechicería”. 

“El jueves el CTI decidió ir a la finca porque el hombre les prometió que les iba a decir dónde estaba el cuerpo y a las 6 de la mañana arrancaron para allá. Llegaron, bajaron al individuo, entraron a la finca e hicieron el recorrido. Luego dijo caven aquí, empezaron a cavar, cavar, no conseguían nada, llevaban un metro y el cuerpo no aparecía. Él les dijo, todavía no, sigan cavando y efectivamente ahí estaba el cuerpo, lo primero que consiguieron fue un bracito, y bueno, hicieron todo el trabajo que tenían que hacer y lograron sacar el cuerpo completo”, precisó. 

Finalmente, el papá de Wilmary pidió a las autoridades actuar con compromiso y vocación, que “los investigadores se pongan en el lugar de los familiares de las víctimas. Si decidieron tener ese tipo de trabajo, que lo hagan con amor. Porque no hay una cosa más hermosa que hacer algo con dedicación”.

La investigación continúa mientras el principal sospechoso, Franklin Jesús Trillos Yance, permanece prófugo.