El artefacto explosivo detonado la noche del pasado jueves 20 de enero en el centro de Cali, con saldo de un herido y alarma en esa ciudad y en todo el país, no obedecería a una acción terrorista de tipo político, sino a retaliaciones entre bandas mezcladas en el negocio de ‘prestadiario’.

A esta conclusión llegaron investigadores de la Policía Nacional y el Cuerpo Técnico de la Fiscalía, CTI, reportó el director de la Policía Nacional, general Jorge Luis Vargas.

Explicó que en la zona del centro de Cali, en los barrios de Junín y Belalcázar, donde se presentó la explosión, se detectó la presencia de bandas dedicadas a la usura a personas naturales y comerciantes de estos sectores.

"Solicitan préstamos con rendimientos altos y los incumplimientos generaron este incidente", agregó el oficial.

"Este explosivo es un artefacto modificado. Tiene partes de una granada de fragmentación con otros explosivos que lo hacen improvisado", añadió Vargas.

Así las cosas, este caso no estaría conectado con un acto deliberado de grupos armados organizados, como disidencias de FARC, ELN, paramilitares, 'Clan del Golfo' y narcotraficantes.

"Tenemos información relacionada con préstamos ilegales como se denominan en la calle, el gota a gota", puntualizó el general.

También sostuvo que la persona herida no tendría implicaciones en la manipulación del artefacto.

"Esta persona que afortunadamente resultó herida leve, es un transeúnte inocente", precisó el general.