Reynaldo Pacheco es el padre de Reynaldo Martínez Perea, uno de los hombres asesinados en la tarde del lunes en el barrio Siape de Barranquilla. 
 
Era notable en él su tristeza por la muerte de su hijo de manera injusta, debido a que el ataque sicarial no iba dirigido contra el futbolista sino contra otra persona que estaba en el lugar y resultó ileso. 
 
"Era bastante aficionado a su fútbol y buena persona. Residía en el barrio La Chinita, era buen hijo, buen papá porque tiene dos hijas pequeñas y todo el mundo allá en el barrio lo conocía. No era mala persona y le pasó porque estaba en el momento equivocado y llegaron y se lo llevaron", dijo el padre del futbolista aficionado. 
 
Pacheco, aseguró que desde niño su hijo mostró interés por el fútbol. 
 
"De pelaíto era aficionado al fútbol. No fue profesional porque se metió con la mujer, porque se lo iban a llevar a profesional, pero se quedó jugando en los barrios. Desde pelao jugaba bastante y lo buscaban para que jugara. Era un pelao bueno y sano", aseguró el papá. 
 
Reynaldo trabajaba en una empresa brilladora de carros. 
 
"Estaba jugando en el campeonato y jugador de un equipo en Siape. Acababan de jugar y se colocaron a refrescarse cuando pasó lo que ocurrió", relató el papá. 
 
Hay que recordar que en los mismos hechos también murió Jhosimar Jair Pallares Ojeda, de 28 años, quien era arquero y también jugaba en campeonatos de barrios e incluso estuvo en las divisiones menores de Junior. 
 
Testigos aseguran que tanto Jhosimar como Reynaldo departían con otras personas tras haber jugado un partido de fútbol en la cancha del barrio. 
 
En ese momento llegaron unos hombres en un vehículo, un sicario descendió y, según testigos, sacó una miniuzi para disparar en reiteradas ocasiones de manera indiscriminada. 
 
Según la Policía, el objetivo del ataque era otra persona que estaba también en el lugar departiendo, pero las balas terminaron con las vidas de Jhosimar y Reynaldo. El primero quedó muerto en el lugar y el segundo fue trasladado en ambulancia a la Clínica La Misericordia, donde se confirmó su muerte. 
 
En los hechos, seis personas más resultaron heridas. 
 
La Policía está ofreciendo una recompensa de 50 millones de pesos para quien suministre información sobre los asesinos.