Eiver convirtió su bicicoche en improvisada ambulancia ante emergencia por licor adulterado
Trasladó a dos jóvenes al Hospital de Barranquilla al notar su mal estado por consumo de licor.
En las calles del centro de Barranquilla, en medio de la emergencia por el consumo de licor adulterado en el sector El Boliche, un hombre se convirtió en un improvisado ‘rescatista’.
Sin un uniforme, una sirena y menos un vehículo con motor, solo con su bici-coche de madera, con el que desde hace 6 años sustenta las necesidades de su familia, Eiver Manuel Suárez se convirtió en cuestión de horas, en el conductor de una ‘ambulancia’ improvisada que refugió y dio esperanza de vida para quienes veían de cerca la muerte.
Al ver habitantes de calle en precarias condiciones de salud por la ingesta de licor adulterado, Eiver se disponía a salir a la calle a ayudar a quienes lo necesitaban para trasladarlos al Nuevo Hospital General de Barranquilla.
“Yo lo hago de corazón, si una persona está tirada con una botellita, yo lo muevo y no hace nada, yo me lo traigo, este coche es mejor que la ambulancia”, precisó con orgullo.
Eiver explicó que a la primera persona en transportar en su bicicoche fue una joven conocida con el nombre de ‘Geo’.

La subió en el bicicoche y la llevó lo más rápido que pudo. Sin embargo, la muerte la alcanzó.
“La encontré tirada en una hielería, sola, en malas condiciones. Ella murió, la encontré botando sangre por la boca. Yo digo que fue el hígado”, dijo.
‘Geo’ no fue la única persona a la que Eiver trasladó al Hospital, también socorrió a Henry López, de 22 años, un conocido del sector.
“El muchacho estaba tomando, a él le gusta tomar mucho ron, se tomó unos traguitos y comenzó a brincar, no podía respirar y empezó a vomitar una peloticas de sangre”, expresó.
Eiver Manuel Suárez confesó que su necesidad de ayudar a estas personas nace de la condición en la que hace un tiempo vive uno de sus hermanos.
“Yo también tengo un hermano en la calle. Si veo a una persona que se está muriendo, yo no puedo quedarme quieto”, agregó.
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El bicicoche con el que hoy ayuda y traslada a Américo Antonio López, papá de Henry López, otro de los intoxicados por licor adulterado, tiene su historia.
“Este bicicoche me lo regaló mi madre, por eso estoy en esta. Ahora llevo y traigo al papá de Henry al Hospital sin cobrarle un peso. Ellos viven en la calle, son de Venezuela”.

Eiver admitió que también consume licor barato. Sin embargo, aseguró que con las muertes que generó el alcohol adulterado, no volverá a consumir este tipo de ron.
“Me tomé dos botellas, pero gracias a Dios estoy bien, no tomé ese licor de El Boliche, tomé de otro. En El Boliche es donde está el veneno. Los ojos se hicieron para ver, y estamos viendo que la gente se está muriendo”, añadió.
Eiver Manuel sigue pedaleando su coche, el mismo que alguna vez fue un regalo de su madre y que ahora carga con otra historia.