Corte Suprema rechaza expresiones que "ponen en riesgo la autonomía judicial"
Tras la condena proferida contra el expresidente Álvaro Uribe Vélez.
La Corte Suprema de Justicia emitió un fuerte pronunciamiento este jueves, en el que rechaza las expresiones que ponen en riesgo la autonomía judicial y la confianza ciudadana, tras la condena al expresidente Álvaro Uribe Vélez, por los delitos de soborno en actuación penal y fraude procesal.
"El Estado colombiano se ha caracterizado por una tradición de consideración y respeto a la autonomía y la independencia judicial como pilares de nuestro sistema jurídico-político. Así lo reafirmó la Constitución de 1991 cuando estableció una serie de mecanismos para asegurar que Colombia tenga un sistema sólido y fuerte ante las presiones ajenas, el cual es garantía para que los procesos que se adelanten ante la justicia sean analizados y fallados de acuerdo con las normas jurídicas", sostuvo el alto tribunal.
Puntualizó que estos pilares deben continuar siendo protegidos, pues profundizan la legitimidad de la Rama Judicial y fortalecen la democracia.
"Hoy, dada la relevancia y el interés de los asuntos que están siendo objeto de resolución por parte de autoridades judiciales en el país, la Corte Suprema de Justicia manifiesta su firme rechazo a las injerencias indebidas y a las expresiones de voces que sugieren que las decisiones adoptadas por los jueces no se ajustan a lo dispuesto en el ordenamiento jurídico", agregó.
La Corte señaló que ese tipo de afirmaciones "no solo erosionan la credibilidad y la confianza pública en la justicia, sino que pueden poner en riesgo la vida y la integridad de los jueces y magistrados encargados de resolver los casos".
Recordó que los sujetos procesales siempre pueden expresar sus desacuerdos "a través de las vías y dispositivos que ofrece el derecho para controvertir el contenido y el alcance de los fallos contrarios a los intereses de los involucrados".
En ese sentido, la Corte Suprema de Justicia hizo un firme llamado a los diferentes líderes políticos y de opinión, y a la sociedad en general a ponderar sus expresiones, y a las partes a las que conciernen directamente los procesos, a manifestar sus desacuerdos en el marco del debido proceso garantizando el respeto por la autonomía y la independencia judicial.