Llamadas interceptadas, testigos y videos, son piezas que se tejieron hacia un solo objetivo: capturar a los autores del homicidio.

Redacción judicial

El 11 de enero de este año, con la compra de un carro Hyundai de placas QGX 477, se inició la ejecución de un plan macabro, planeado, concertado y organizado que trece días después cobraría la vida del reconocido y admirado neurólogo e internista Jorge Santiago Daza Barriga.

De acuerdo con la investigación, por la compra del vehículo de segunda se cancelaron 6 millones de pesos y en la negociación estuvo presente Breider Alexander Mercado Sarmiento, quien fue enviado esta semana a la cárcel de Máxima Seguridad de Cómbita.

Entre los compradores también estaban dos hombres: uno con características y acento paisa, quien portaba un arma de fuego y otro costeño.

Otro de los eslabones fundamentales para la ejecución del plan fue la participación del soldado Apolinar Betancur, quien desde el primer momento de la investigación se conoció que estaba en las Fuerzas Militares, que siempre estaba armado, que además utilizaba un avantel y que se desplazaba en una motocicleta de color azul.

Además, los registros fílmicos de momentos previos al homicidio también lo delatan.

"Pilas, pilas que ya la vuelta está, todo listo"

De acuerdo con las investigaciones, el 24 de enero el soldado llegó a un restaurante en el mismo carro que compraron para ejecutar el atentado criminal.

De acuerdo con la investigación, ese día el militar Apolinar Betancur se bajó del vehículo e ingresó a un restaurante ubicado a escasas cuadras donde se ejecutó el crimen.

Entre tanto otra persona lo esperó dentro del carro con la silla del copiloto inclinada. Cuando apenas leía la carta del restaurante, el soldado recibió una llamada al celular. Se regresó a paso acelerado y se subió nuevamente al automóvil.

Entre Apolinar y su acompañante hubo una corta conversación: "pilas, pilas que ya la vuelta está, todo listo".

Minutos después el norte de Barranquilla se convulsionó. Las autoridades fueron avisadas de un atentado y establecieron un plan candado para dar con los responsables.

Homicida y cómplice huyeron en el vehículo reseñado en las cámaras de seguridad del restaurante.

La noticia sobre la muerte de Daza Barriga se difundió en cuestión de segundos y a través de los medios de comunicación y redes sociales, Barranquilla y el mundo conocieron el repudiado caso.

De acuerdo con las investigaciones de la Fiscalía, Breider Alexander Mercado intentó esconder su vinculación con el caso. Por haber sido la persona que compró el vehículo se convirtió en uno de los eslabones que el ente investigador tenía que vincular. Ensamblar en la pieza criminal.

Se conoció que incluso pagó un dinero a terceras personas para que no lo delataran.

Entre otras evidencias recolectadas están las llamadas telefónicas. El día del homicidio el soldado Apolinar Betancur utilizó un chip exclusivo para cuadrar cada detalle del plan y de su teléfono personal hizo otras llamadas cuando quemaron el carro.

Todo lo anterior fue revelado por la Fiscalía General de la Nación. Para el ente investigador, el crimen contra Daza Barriga fue una concertación donde cada uno de los involucrados tenía un rol específico.

Uno de ellos compró el carro, otros tenían la tarea de seguir a la víctima durante varios días para conocer su rutina diaria, establecer los lugares que frecuentaba, las clínicas a las cuales visitaba y su lugar de residencia como también horas de salida y de llegada.

Fueron varios eslabones bien unidos frente a un recorrido criminal concluyó el ente investigador.

Durante la audiencia realizada en el centro de servicios judiciales en Barranquilla se ordenó la realizarán privada para protección de testigos.

Se indicó que el trabajo de los miembros de la Dijín también fue arduo y dispendioso. Para encajar las piezas del plan fueron necesarios 4 allanamientos: tres en Barranquilla y uno más en Riohacha. Las órdenes de captura fueron expedidas por un juez en Medellín para garantizar la absoluta reserva de la investigación e impedir que se filtrara información.

Alias ‘Marquito’, presunto autor intelectual

Las autoridades indicaron estar a un paso del autor intelectual y que hasta el momento han determinado la presunta participación de la red criminal liderada por Marcos de Jesús Figueroa García, alias ‘Marquitos’.

Las evidencias dan cuenta de que el militar adscrito al Batallón Vergara y Velasco de Malambo Apolinar Betancur no sólo estaba evadido del servicio sino que además estaba tramitando su baja de las filas del Ejército pero no se la concedieron porque lo hizo a través de un hermano y no personalmente.

Al momento de su captura en el barrio La Paz de Riohacha, inicialmente entregó una cédula falsa, pero luego del allanamiento a su vivienda aceptó ser Apolinar.

Uno de los vehículos encontrados en su casa tenía antecedentes de hurto en Venezuela. También le fue incautada un arma de fuego.

Durante la audiencia el militar aceptó ser el conductor del carro pero dijo que no fue quien disparó.

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