Con suspensión para ejercer la medicina por tres años para el ortopedista traumatólogo Juan Miguel De la Peña Toro y dos para el internista Fabián Andrés Figueroa Álvarez, el Tribunal de Ética Médica decidió sobre el caso de la joven Luisa Fernanda Pacheco, quien falleció por complicaciones mientras era atendida por estos galenos. 

El hecho se remonta a 2022, cuando la joven de 18 años cayó en una alcantarilla sin tapa en Puerto Colombia.

Pacheco fue remitida a la Clínica Portoazul, donde fue atendida por De la Peña Toro y Figueroa Álvarez.

El Tribunal de Ética Médica del Atlántico remitió este proceso a la instancia nacional, que consideró que hubo una atención tardía.

¿Qué pasó?

El 14 de septiembre, Luisa cayó dentro de una alcantarilla con una profundidad aproximada de siete metros. La joven caminaba por el lugar y no se percató de que el registro no tenía una tapa.

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Los bomberos de Puerto Colombia y Barranquilla tuvieron que rescatarla. Tras esto, fue llevada en una ambulancia a la Portoazul, que quedaba cerca de donde sucedió el hecho.

Pacheco Peralta, según dijeron sus familiares en ese momento, llegó con fractura de tibia y peroné, por lo que debía ser sometida a una cirugía.

Sin embargo, después de la intervención su salud empeoró y, al parecer, la joven adquirió una bacteria en el centro asistencial, por lo que fue sometida a una amputación de su pierna afectada.

"Para operarla se pagaron 6 millones de pesos, a pesar que mi prima tenía EPS y medicina prepagada. Se operó solo hasta el sábado en la tarde porque siempre aplazaban el procedimiento. Ella no soportaba tanto dolor y el lunes llegó el médico a verla tras la operación y dijo que el olor fétido que salía de su pierna y las ronchas era normal. El martes tuvieron que someterla a otra cirugía y le amputaron la pierna, pero se descompensó más y ayer murió", contó en ese momento Belkys Montañez, prima de la joven.

Figueroa Álvarez se excusó en que "atendía a otros pacientes", pero el Tribunal señaló que "no cumplió tampoco con su deber en un momento crítico". 

Por su parte, esta instancia también encontró que De la Peña no dio "muestras de haberse preocupado por su paciente, al punto de preguntarse si de verdad había muerto". 

Luisa Fernanda era estudiante de ingeniería industrial y se encontraba en tercer semestre.