Hoy casi 500 menores del suroccidente de Barranquilla no pudieron asistir al CDI del barrio Carlos Meisel.

Los menores de cero a cinco años que reciben formación como primera infancia y raciones alimentarias hoy no recibieron este beneficio.

Desolado está el CDI, los padres de familia se han quedado sin palabras al ver lo que pasó y cómo quedó.

Lo que se vio ayer cuando una multitud se aglomeró intentando linchar a un presunto violador fue apenas el comienzo.

El hombre fue protegido por la Policía Metropolitana de Barranquilla. Resguardado fue retirado del lugar, mientras se conocía una segunda versión de la madre de que supuestamente el educador no había sido el responsable.

Lo peor ocurrió después de cuando se retiró la Fuerza Pública y se creyó que la normalidad había retornado al lugar.

De diferentes sectores del suroccidente llegó una multitud de vándalos que se apoderó del lugar. Intimidó con armas blancas y palos a los vigilantes y policías e ingresaron al CDI.

Se llevaron todo. Puertas, ventanas, destruyeron lo baños, cocinas, tableros, pupitres, sillas , registros de alcantarillados, luces, instalaciones eléctricas, extintores, aires acondicionados y la parte didáctica que se usaba.