¿Quién responde por 70 mil toneladas que no entraron por falta de calado en Barranquilla?
La fuerte sedimentación sigue amenazando ante la ausencia de dragado.
La falta de un adecuado calado en el puerto de Barranquilla y, lo más preocupante, la ausencia de dragado, sigue generando graves consecuencias para la economía local y regional.
El calado operacional en el canal de acceso cada vez está más limitado, con restricciones que impiden el tráfico de buques de gran tonelaje.
Lo grave del caso es que la reciente historia de los trabajos de dragado que han sido contratados por Patrimonio Autónomo Findeter - Cormagdalena, han resultado un rotundo fracaso.
Tanto así que ninguno de los operadores contratados pudo cumplir con las metas de dragado para alcanzar profundidades que permitieran el calado operacional establecido, es decir, de 10,20 metros.
El máximo calado alcanzado fue de 9,5 metros, pero debido a la intermitencia del dragado, fundamentalmente, hubo necesidad de reducirlo a 8 metros el pasado lunes.
De manera simultánea se registró la emergencia del buque ‘Amber Bay’, que encalló a un costado del tajamar oriental, en la zona de Bocas de Ceniza, lo que siguió develando las pésimas condiciones del canal de acceso.
Lo preocupante del hecho es que en este lapso por lo menos 8 embarcaciones tuvieron que ser desviadas a otros puertos, debido a la falta de calado para poder traficar por el canal navegable.
Junto con ello, fueron desviadas 70 mil toneladas de carga que tenían como destino el puerto de Barranquilla.
Y aquí surge el gran interrogante: ¿Quién responde por esta grave situación para la economía local?
Indudablemente que la falta de planificación y la pésima gestión al Patrimonio Autónomo Findeter - Cormagdalena le cabe la absoluta responsabilidad del problema.
Otra consecuencia de ello se produjo este domingo cuando nuevamente la Dimar, a través de la Capitanía de Puerto, se vio obligada, como Autoridad Marítima, a bajar nuevamente el calado operacional, por segunda vez en menos de una semana. Esta vez a 7,5 metros.
Es decir, aumentan las limitaciones para el acceso de embarcaciones, mientras el canal sigue ‘a la deriva’ por falta de mantenimiento.
No hay duda que, ante la falta de dragado y la creciente sedimentación, especialmente en el sector de Bocas de Ceniza, se convierten en la gran amenaza para los desvíos de buques y carga hacia otros puertos, con la grave afectación para la economía barranquillera.
Definitivamente, el del puerto de Barranquilla sigue siendo un problema ‘bastante enlodado’.