Este sábado 27 de diciembre fue atípico en el municipio de  Santo Tomás, en el oriente del Atlántico. En la recta final del año, sus calles no se veían igual que en otros años, especialmente en los barrios El Carmen y La Florida. 

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Normalmente esta época es de alegría y preparativos para despedir el año el 31 de diciembre, pero, cuatro días antes de esta celebración, la tristeza embarga a una familia, a sus vecinos y a todos aquellos que conocieron a Carlos Nelson Salas Pérez, de 79 años; y a su nieto Carlos Miguel Salas Cantillo, de 22.

Nieto y abuelo fallecieron este viernes con escasos 25 minutos de diferencia. 

Carlos Miguel, graduado en octubre de ingeniero civil, partió de este mundo primero tras sufrir un infarto en momentos en que se dirigía a su lugar de trabajo en un bus urbano en Barranquilla, por una de las entradas al Ecoparque Ciénaga de Mallorquín. 

Luego fue su abuelo Carlos Nelson, quien estaba en UCI en la Clínica Reina Catalina de Baranoa por una isquemia desde el pasado lunes. 

El nieto fue velado en su casa, en el barrio La Florida; mientras que su abuelo en su vivienda, en el barrio El Carmen, pero sus féretros se juntaron en la iglesia central de Santo Tomás para estar al lado de los suyos y compartir la eucaristía.

Después fueron trasladados a su última morada: el cementerio municipal de Santo Tomás. 

Cientos de habitantes del municipio llegaron a la iglesia a despedir, como símbolo de respeto, a abuelo y nieto. La mayoría de ellos vestidos de blanco y negro acompañaron a esta familia en este momento de dolor profundo.

Paz en la tumba a los dos y consuelo a sus familiares.