Héctor Santos es un barranquillero que como más de 80 mil socios conductores en el país, encontró en la plataforma Uber una forma de ganarse la vida honradamente.

A los 58 años, Héctor fue despedido de la empresa de transporte en la que trabajó durante 30 años. A esa empresa entregó sus mejores años de vida.

“Salí con una una mano adelante y otra atrás”, sin oportunidades laborales y con la responsabilidad de sacar adelante a su familia. Faltándole aún cuatro años para pensionarse, el conductor optó por inscribirse en Uber y prestar el servicio de transporte en su vehículo Mazda 2006.

"Está malo” porque nos vamos a quedar sin trabajo, fueron las primeras palabras expresadas por uno de los 5.000 conductores Uber registrados en Barranquilla en seis años, según informó la plataforma.

Santos no puede ocultar su preocupación sobre lo que será su futuro, pues después de quedar desempleado hace dos años solo ha trabajado en firme en Uber y no ha experimentado con otras aplicaciones.

“Yo mantengo mi familia con el trabajo que me dio Uber. Yo tengo 60 años y ninguna empresa me da trabajo. Trabajé en una empresa. Duré 30 años y me botaron. Quedé en el aire. Gracias a Uber pude sostener a mi familia", aseguró.

Recorriendo las calles de Barranquilla, Santos consideró la posibilidad de migrar a otras aplicaciones “pero no será igual”. “Las otras aplicaciones no son iguales. He probado y no es igual que Uber. Me he ido otras aplicaciones pero no tienen la misma cantidad de gente", señaló.

Diariamente, este hombre se ganaba entre 70 y 80 mil pesos haciendo el servicio de Uber. Semanalmente eran entre 400 y 500 mil pesos. "Ahora en diciembre tuve semanas buenas de 700 y 800 mil pesos", recordó Héctor Santos hablando del fin de año con lo que pudo atender sus compromisos.

Este miércoles cuando Uber le dijo “hasta pronto” a Barranquilla, conductores de Uber, como Héctor Santos, esperan que también sea un “hasta luego”. Ahora “a buscar otra forma de ganarse la vida y que le llegue la tan trabajada, pero demorada pensión”.