Mala calidad de la educación: una trampa de pobreza para el Caribe
Uninorte revela que la pésima formación de los estudiantes va de la mano de docentes no capacitados, colegios en mal estado y la falta de la jornada única.
Por José Granados Fernández
Twitter @JoseGranadosF
La mala calidad de la educación básica y media en la Región Caribe sigue generando “un rezago claro en su capital humano”, que impacta en lo social, lo económico y se constituye en una “trampa de pobreza” que obstaculiza su desarrollo.
Así lo advierte el estudio Radiografía de la formación del capital humano en el Caribe colombiano, recién publicado por la Universidad del Norte, escrito por el rector Adolfo Meisel Roca, y la asistente de investigación y catedrática Angela Granger Serrano.
Si bien en Colombia la educación pública de primaria y secundaria tuvieron desde 1950 a 2010 un importante crecimiento en coberturas de hasta el 117.5% y 103.7%, respectivamente, los resultados en materia de aprendizaje son “muy heterogéneos y deficientes en muchos casos”, afirman los autores.
En el ámbito internacional una de las medidas de calidad de la educación es la Prueba Pisa, en la que Colombia “muestra muy mal desempeño en sus promedios”, dice el documento, y sentencian: “por tanto, si al Caribe colombiano le va mal en el contexto del país, somos la parte final de la cola del grupo”.
Sobre lo que sucede en el sistema educativo costeño, el estudio detalla que los alumnos de colegios privados y en las ciudades “reciben mejor educación que aquellos que estudian en colegios públicos y en el campo. Lo anterior, en lugar de reducir las desigualdades de ingreso iniciales, las exacerba”, dice.
Además, los estudiantes en las regiones Caribe, Pacífica, Amazonía y Orinoquía (la llamada periferia en el patrón centralista de la distribución de la prosperidad económica en el país) acceden a educación de menor calidad que los de la región Andina (centro).
A esto se suma que entre 2018 y 2020, el 69% de los estudiantes costeños en grado 11 estaba matriculado en colegios de más bajo desempeño, según la clasificación del Icfes. En la región Andina sólo el 34% de los alumnos estudiaban en un colegio de este tipo.
Menos equidad y más desigualdad
Meisel, en entrevista con Emisora Atlántico y Zona Cero.com, calificó como “tragedia lamentable” para el desarrollo regional la mala calidad de la educación básica y media, y lamentó que por esa razón termine afectado el talento de muchos jóvenes.
Granger enfatizó que la educación sin calidad, además de frenar el anhelado crecimiento social y económico, “promueve la inequidad y perpetúa la desigualdad social”.
En Colombia, los estudiantes que van a egresar del bachillerato son evaluados a través de la Prueba Saber 11. Pues, en ésta, la Región Caribe “no solo ha permanecido por debajo del promedio nacional, sino que la distancia con el resto del país ha ido creciendo con el tiempo”, subraya el estudio.
Con excepción de Atlántico y Córdoba, todos los departamentos “muestran una tendencia decreciente” en el desempeño promedio de esta prueba. La Guajira y el Magdalena “son los de peor desempeño”, seguidos de Bolívar. Este último “evidencia el retroceso más pronunciado en las últimas dos décadas”, precisan los autores.
Cartagena, un desastre
En cuanto a las capitales costeñas, Barranquilla y Montería registraron en 2021 un puntaje por encima del promedio nacional. Sin embargo, el estudio dice que “entre las 13 principales ciudades del país, están, junto con Medellín y Cartagena, en los últimos lugares”.
Destaca que mientras Montería es en el Caribe la capital “con mayor progreso durante el periodo examinado”, Cartagena, al igual que Bolívar, “ha retrocedido, continuamente, respecto del desempeño relativo entre 2000 y 2020”.
Lo que sucede con la educación en la capital bolivarense es, en opinión de Meisel Roca, “un desastre”, que “refleja la ingobernabilidad y el fracaso de su dirigencia”, afectando notoria y directamente su desarrollo social. “Es el resultado de 15 años de administraciones fallidas”, comenta Granger.
Docentes con menos formación
El estudio de UniNorte identifica varios factores que inciden en el rezago de la educación regional. Uno es que no sólo los alumnos tienen un desempeño por debajo del promedio nacional, sino que los docentes “tienen menor formación académica” respecto a los de otras regiones, lo que va en contra de preceptos que señalan que “la calidad de un sistema educativo se basa en la calidad de sus docentes”.
En 2007, apenas el 10% de los maestros de educación básica y media en el Caribe tenían formación de posgrado; en el resto del país la cifra era del 21%. Trece años después, en 2020, el porcentaje de docentes costeños con este nivel educativo pasó al 24%, contra el 32% en el resto del país.
En el análisis territorial sobre la formación de los maestros hallaron que unos departamentos han avanzado más que otros. En 2007, el 13% de los educadores en Sucre tenían posgrado. En 2020, llegaron al 39%, siete puntos porcentuales por encima del promedio nacional. En Córdoba los docentes con este nivel educativo crecieron del 16 al 33% en el mismo periodo. En los otros departamentos hubo “un progreso entre 2007 y 2014, pero en el último quinquenio se ha mantenido estático”; La Guajira desde 2014 “ha retrocedido en este indicador”.
“Este equilibrio entre la baja calidad de la educación en la región y un rezago en la formación docente es una trampa de pobreza. Si los docentes no adquieren las competencias y los conocimientos necesarios para incrementar el aprendizaje en los estudiantes, disminuyen los retornos esperados de una mayor educación, porque la escolarización sin calidad tiene posibilidades limitadas para lograr la movilidad social”, dice el estudio.
Meisel dijo a Emisora Atlántico y Zona Cero.com que no hay duda de que es urgente invertir en la capacitación de los maestros. Granger alerta que esa formación debe hacerse en universidades calificadas para garantizar que los docentes mejorarán sus conocimientos para transmitirlos a los alumnos.
Más ocio menos estudio
Debido a la falta de infraestructura educativa la jornada única escolar prácticamente no existe y este es otro factor que incide notoriamente en la calidad de la educación, pues los estudiantes apenas van a clases 4 o 5 horas al día, en la mañana o la tarde, y les queda mucho tiempo ocioso libre.
“Se ha comprobado que esta disminución del tiempo de instrucción tiene efectos negativos sobre el desempeño académico e incide en otros indicadores sociales, como el embarazo adolescente y el crimen”, recuerda el estudio.
En 2020, en Colombia, tres de cada cuatro estudiantes estaban matriculados en media jornada escolar. El panorama nacional es bastante negativo; sin embargo, en la periferia del país es aún más grave. Sólo el 10% de los estudiantes en educación básica y media en el Pacífico están matriculados en jornada única o completa; en el Caribe, el 17 %. En contraste, en la región Andina, el 29% está en este tipo de jornada.
Atlántico es el único que superó el promedio nacional con el 27% de los estudiantes en jornada completa. Le siguen Córdoba con el 21% y Magdalena el 17%. El resto de los departamentos tienen una cobertura baja del 9 al 6%.
La investigadora Granger comentó que es necesario implementar la jornada única porque la ampliación de la cobertura educativa con jornadas fraccionadas, mañana o tarde, terminó afectando la calidad.
Además de la falta de colegios, otra brecha que afecta la calidad educativa costeña es la falta de dotaciones. En la región Andina el 14% de los colegios no tienen electricidad, mientras que en el Caribe el 21% no tienen este servicio. Igual sucede con el internet o la falta de salas de informática en los colegios costeños.
Revisar y priorizar inversiones
Ante la crisis de la calidad educativa que impacta y obstaculiza el desarrollo social de la Costa, el rector Meisel dice que es necesario replantear y priorizar las futuras inversiones. Considera que es un “exabrupto y un despilfarro de dinero” pensar en construir un tren entre Santa Marta y Cartagena, que a su juicio “no tiene la posibilidad de que sea rentable”, cuando hay otras prioridades por resolver.
Angela Granger llamó la atención sobre que la mala calidad educativa debe ser el tema más importante del debate social regional, a fin de buscar soluciones rápidas que permitan superar el rezago del Caribe en la formación del capital humano.
“La inteligencia se reparte por todo el territorio, lo que no se reparte por todo el territorio es el acceso a la educación de buena calidad, esa es poco democrática”, concluyó Adolfo Meisel Roca.