Lomas de Juan Congo, otro refugio para el mono tití
Corporación Regional Autónoma trabaja en la conservación e identificación de áreas destinadas para la conservación del bosque seco tropical.
En Lomas de Juan Congo, con una extensión de aproximadamente 2.400 hectáreas, está el área que se proyecta como otro refugio para el mono tití cabeciblanco.
La Corporación Autónoma Regional del Atlántico, en alianza con el Ministerio de Ambiente y Desarrollo Sostenible y la Gobernación del Atlántico, con el apoyo del Instituto Alexander Von Humboldt, Fundación Ecosistemas Secos de Colombia, Fundación Proyecto Titi y Parques Nacionales, avanza en la estrategia de conservación del bosque seco, como hábitat de la especie.
Este nuevo refugio,en jurisdicción de Luruaco, en el Atlántico, está una altura entre120 y 150 msnm, lo atraviesa el arroyo Juan Congo y cuenta además con una represa natural y jagüeyes artificiales y, según estudios, es ideal para el mono titi cabeciblanco,
El mono tití, especie considerada endémica de los bosques tropicales del Caribe colombiano, es albergado en el Parque Natural Regional Los Rosales que cuenta con una extensión 1.304 hectáreas destinadas a la conservación de este ecosistema, en la que además hay otras importantes especies de fauna silvestre.
Alberto Escolar Vega, director de la Corporación, aseguró que “la constitución de áreas protegidas debidamente concertadas y manejadas se convierte en una de las soluciones más viables para la conservación de la biodiversidad de las zonas boscosas”.
Según la CRA, la propuesta corresponde "a un ejercicio técnico que viene realizando hace algunos meses la Autoridad Ambiental del Atlántico, con el apoyo de los diferentes actores institucionales, tratando de involucrar las herramientas ambientales de planificación, objetos de conservación, viabilidad e importancia ecológica, teniendo como referente la ampliación de zonas donde se puedan establecer estrategias de conservación del bosque seco".
“En esta zona, el bosque seco se encuentra aproximadamente a 50 m de altitud, con temperaturas superiores a los 25°C, alcanzando temperaturas máximas de 38°C y precipitaciones de 1500 mm anuales. Sus suelos presentan procesos erosivos ligeros en unas zonas y medianos a muy severos en. Aquí, los usos del suelo han sido utilizados en su mayoría para la agricultura y la ganadería extensiva, lo cual, según lo contemplado en el Plan de Manejo Ambiental del Departamento, convierte a la zona en un área de aptitud ambiental con sistemas de producción no adecuados a sus condiciones medio ambientales”, indicó la autoridad ambiental.
Esta sector lo delimitó la CRA priorizando las que presentan una cobertura vegetal de bosque seco tropical en buen estado de conservación, que presentan poblaciones de titi cabeciblanco (Saguinus oedipus), como principal objeto de conservación.
En Colombia, según datos de la corporación, el bosque seco es el ecosistema menos representado en la totalidad de los Parques Nacionales Naturales del país. La declaratoria de nuevas áreas públicas y privadas y el fortalecimiento de las existentes que garanticen su conservación efectiva es una prioridad en el país y el mundo.
Aproximadamente el 43% de las áreas protegidas que se generaron en el Caribe colombiano entre 1977 y 1983 se han perdido. Según la Corporación, esta situación es más crítica en los departamentos de Bolívar y Atlántico donde se reporta la mayor pérdida de este hábitat.
Pese a que en los últimos años el departamento del Atlántico ha fortalecido significativamente su Sistema Departamental de Áreas Protegidas- Sidap- con la declaratoria, por parte de la C.R.A, de tres áreas protegidas de carácter regional, el Caribe en general enfrenta todavía graves necesidades en materia de conservación y protección de los recursos naturales y la ausencia de áreas destinadas para la conservación del bosque seco tropical.
Tras la identificación de territorios para la conservación, la Corporación Regional Autónoma cuenta con más de 15 zonas potenciales de conservación y con tres áreas declaradas en el departamento del Atlántico, bajo las categorías expuestas en el decreto 2372 del 2010, las cuales suman 2.913 hectáreas de bosque seco tropical uno de los objetivos de conservación de la CRA.