La violencia sigue apagando las voces de nuestros niños en Colombia, donde el último año murieron 715 niños a manos de personas cercanas en su núcleo familiar o  a sus casas o vecindiarios.

Colombia, un país acostumbrado a vanagloriarse de las estadísticas cuando son positivas, le toca quedarse callado ante el tercer lugar en el que se encuentra entre los países con las tasas más altas de homicidio infantil en el mundo.

En el país se sigue maltratando, abusando, violando y matando a nuestros niños, de nada vale las condenas ejemplares que jueces y fiscales acuerdan en casos tan emblemáticos como el de Yuliana Samboní, en el que por el asesinato de la niña fue condenado Rafael Uribe Noguera a pasar 58 años en la cárcel. O en el Sarita, la niña de Armero Guayabal, que vivió solo tres años y no pasó feliz ningún día porque según evidenció su cuerpo no había un espacio libre de maltrato, crimen del que fueron condenados sus padrinos, a 39 y 13 años de cárcel.

Así como pasan los meses del año pasan los crímenes contra los niños, cada día trae una preocupación nueva para las autoridades y no es justo para los niños que los colombianos tengamos una coraza frente al dolor de los más chicos.

A finales de septiembre, el país se estremeció por otro caso, el de Génesis Rúa, un niña de 9 años, que fue raptada, abusada, asesinada y también incinerada en Fundación, Magdalena.

Tras lamentar este hecho trágico contra los niños, el Presidente Iván Duque sostuvo: "estoy a favor de que Colombia tenga cadena perpetua para asesinos y violadores de menores” y sostuvo que el "país no puede seguir viendo tantos crímenes contra nuestros niños” y que los derechos de los niños deben prevalecer por encima de los demás, como lo señala el artículo 44 de la Constitución Nacional".

Efraín Cepeda es uno de los senadores que se puso la camiseta frente al tema de la cadena perpetua para violadores y asesinos de niños,  junto con Yohana Jiménez, hija de la recordada senadora Gilma Jiménez que abanderó por muchos años la lucha contra la violencia hacia los niños. Infortunadamente, el tiempo no le alcanzó a la congresista para cumplirle a las víctimas por las que ella reclamaba justicia.

El senador barranquillero, que estuvo consiguiendo firmas para la cadena perpetua para violadores y asesinos de niños, indicó que como bancada, el Partido Conservador participó en la velatón que se cumplió para levantar la voz por la protección nuestras niñas y niños. "Rechazamos toda forma de vulneración de sus derechos", dijo. En 2017, Cepeda recorrió varios lugares de Barranquilla para recoger firmas para la iniciativa de la cadena perpetua a violadores.

Hay que cuidar a los niños

Pero no solo es el homicidio de niños, también es el maltrato en sus diferentes formas: secuestro, abandono, abuso, desatención, maltrato físico, psicológico y alimenticio, al que son sometidos nuestros niños y que ponen en peligro su supervivencia. 

Los niños son vulnerables y eso lo saben los victimarios que siempre buscan subyugar, controlar y aniquilar a la víctima, porque siempre quiere tener el poder con una figura indefensa, ya sea un niño o niña, persona en situación de discapacidad o adulto mayor.  

El mensaje de las autoridades es claro "hay que cuidar a nuestros niños", porque son apetecidos por el victimario, que lo ven como las víctimas ideales.

Los casos más recientes los secuestros de Cristo José Contreras, de 5 años, y Yilder Ramírez Ríos de 12 años de edad, que por fortuna regresaron a sus hogares. 

El secuestro de Cristo José, hijo del alcalde Edwin Contreras de El Carmen, Norte de Santander, sensibilizó frente a este flagelo y movilizó a los colombianos en redes sociales que reclamaron por su libertad, que se dio siete días después.

Victimarios están en todas partes

La sociedad colombiana no cuida ni a sus mujeres ni a sus niños fue una de las conclusiones de Medicina Legal al presentar las cifras de violencia infantil en el último Forensis 2017. 

Los niños, como son vulnerables, siempre deben estar bajo la tutela de quien los educa y el cuidador. En algunas ocasiones los niños son sometidos a conductas de riesgo, como asumiendo roles en los que el adulto debería acompañarle porque son situaciones que se presta para que aceche un victimario extraño o conocido. 

"El victimario tiene una particularidad y eso es algo que tienen que conocer todas las personas, los victimarios están entre todos nosotros, se visten como nosotros, hacen muchas cosas como nosotros y tienen la misma piel que todos nosotros;  se esconden en los roles en que nosotros estamos", dijo la neuropsicóloga Sandra S. Puerta.

"Aunque hay conductas sospechosas en las cuales yo puedo presumir que esa persona podría ser un riesgo para un niño o para cualquier otra persona, pero también tengo que saber que el victimario le gusta parecerse a todos nosotros para poder acechar", añadió la especialista.

"Se deben minimizar riesgo y al minimizarlos tenemos que aprender a tener conductas diferentes respecto a los niños y una de esas es no volverlos más adultos o hagan conductas tan parecidas como nosotros solo porque creemos que deben crecer mucho más o adelantarse a circunstancias", puntualizó.

El diario maltrato a los ni... by on Scribd