Las filas no existen al momento de subirse al bus.
Las filas no existen al momento de subirse al bus.
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Zona Cero

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La odisea de usar Transmetro en hora pico: Gritos, empujones y retrasos de los buses

Los momentos neurálgicos del día se convierten en 'batallas' campales en los portales de Soledad y Joe Arroyo.

En una completa odisea. Así se puede catalogar lo que se vive en el Sistema Masivo de Transporte, Transmetro, durante las horas pico en Barranquilla y Soledad.

Los portales Joe Arroyo y Soledad se convierten en un verdadero caos cuando llegan los momentos neurálgicos de la movilidad y de personas que van hacia sus trabajos o cuando salen de estos.

El pico más alto de desorden se ve reflejado en las horas de la mañana. Trasladarse de sur a norte se convierte en una situación compleja para todos los ciudadanos. 

Viviendo la odisea

Un usuario del sistema se atrevió a grabar su recorrido habitual en las mañanas cuando sale de su casa en el barrio Ciudadela Metropolitana de Soledad, con destino a su lugar de trabajo, en el norte de la ciudad.

Salió de su vivienda a las 6 de la mañana. Con una cámara Go Pro 6 en el pecho se dirigió a la parada establecida. Esperó 6 minutos para que pasara el alimentador A-33, que cubre la ruta Manuela Beltrán.

Momento en el que el usuario se sube al primer alimentador con destino al Portal de Soledad.

Se subió al bus junto a tres pasajeros más. El conductor se sorprendió al ver la cámara, pero el usuario siguió su camino e ingresó al pasillo del vehículo. Sus similares lo miraban con extrañeza y otros no se percataron.

Debido al trancón que regularmente se forma a la salida de Soledad, por la vía donde también ingresan y salen los buses de la Terminal de Transporte, llegó al portal a las 6:30 a.m.

En el tumulto

Tras bajarse en el portal su camino fue específico, la zona donde estaciona el articulado R10, con destino a la Joe Arroyo. 

El lente de la cámara y sus ojos se encontraron con una imagen habitual. Las filas para coger ese bus no existen. Las cuatro reglamentadas se convierten en ocho desordenadas y abultadas.

Las filas para la ruta R10 no existen. El tumulto predomina en ese sector del Portal de Soledad.

Situación similar pasa con la ruta expresa B10, con destino al Centro de Barranquilla y el articulado R1, que va hacia al Joe Arroyo, pero tiene que parar en todas las estaciones de la troncales Murillo y Olaya Herrera. 

El R10 es elegido por los usuarios porque solo se detiene en 6 de las 13 estaciones en las troncales mencionadas, es decir, va más rápido y se llena más como se ve en el video, algo perjudicial para las estaciones La ocho y Joaquín Barrios Polo- Estadio Metropolitano, en donde en la mayoría de ocasiones la gente no puede ingresar.

La odisea recién comenzó para el usuario. La llegada del primer articulado 7 minutos después de su llegada, detonó el desorden. Gritos, empujones y faltas de respeto salieron a flote. El tumulto se movía de lado y lado por la 'lucha' de conseguir entrar al vehículo e ir, por lo menos, sentado.

El tumulto se mueve de lado a lado con la fricción provocada por la entrada caótica al bus.

"Aquí uno pelea hasta para ir de pie", expresó otro usuario con tono de resignación.

El segundo bus pasó en 10 minutos, demorado para lo que establece la empresa con las rutas expresas, las cuales según Transmetro, pasan cada 4 a 5 minutos. 

Los usuarios que van llegando se unen al tumulto. La filas siguen en erupción, algo complicado para las mujeres embarazadas, personas de la tercera edad, con niños en brazos o a pie, y los ciudadanos en condición de discapacidad. No les dan la prioridad que merecen.

La filas de las mujeres se convirtieron en mixtas hace varios meses. En la imagen se observa como dos damas con niños en brazos no tienen prioridad para entrar.

Injustamente son desplazados por este desorden, que es justificado por la demora en los buses y el afán por llegar a los destinos.

El usuario con la cámara trataba de mantenerse en la línea de la tercera "fila", pero con el paso de otros dos buses más en 7 y 8 minutos, no lograba entrar. La misma fricción colectiva lo expulsaba, dejando en claro que sólo existe una manera: "Entrar a la brava sin importar los demás".

Incluso, otro pasajero gritó en tono burlesco y sarcástico antes de la llegada de uno de los buses: "¡No se vayan a maltratar!"

Momento en el que los pasajeros entran al bus en un completo desorden.

El quinto bus pasaría en 3 minutos, milagroso e irregular porque el sexto volvería a pasar en 8, pero el tumulto se fortalecía con la llegada de más ciudadanos.

El séptimo pasaría en 2 minutos después 45 de espera para estar cerca de la puerta. Dos mujeres se sorprendieron con la llegada de este articulado en relación con el anterior. 

El ingreso al articulado se torna imposible ante el desorden.

"Viene el otro", advirtió una de ellas, mientras que la otra respondió sorprendida: "Carajo... ¿Y ese milagro?"

La misma historia

Finalmente, el usuario logró entrar y emprender viaje al Portal Joe Arroyo. El trayecto duró 45 minutos. La llegada a la gran estación tenía un panorama similar a la de Soledad, las filas no existen para coger los alimentadores.

La llegada tras 7 minutos del alimentador A-93 (Country-Buenavista) volvió a evidenciar la falta de cultura. Filas extinguidas y tumulto fortalecido. Lo mismo ocurría en la ruta U30, con destino al Corredor Universitario.

En el portal Joe Arroyo pasa lo mismo. La ruta alimentadora A-93 es un reflejo de esto.

Es un privilegio lo que ocurrió después. El segundo alimentador apreció tras cuatro minutos de espera y la aglomeración no era mucho.

La llegada al destino se dió después de 15 minutos. En total, el trayecto completo duró más de dos horas, situación que plantea dudas en la utilidad del sistema, que hace extrañar a los buses urbanos.

El cambio debe llegar

Transmetro cumplirá 8 años de operación en el mes de julio. La situación anterior se viene presentando desde los primeros meses que empezó a funcionar el sistema masivo de transporte. El caos no ha podido ser controlado. 

El año anterior, durante algunos meses, auxiliares de Policía regulaban la entrada a los buses en las horas pico. Funcionaba, pero no volvieron más dándole paso a orientadores de la Alcaldía, los cuales eran pocos respetados. 

Los usuarios perjudicados son las mujeres en general, más aún si están embarazadas. Ni que decir de las personas de la tercera edad o en condición de discapacidad, que padecen esta situación también.

Las filas no son respetadas en el portal Joe Arroyo.

El Código de Policía, en su artículo 146 del capítulo 3, establece multas tipo 1 ($98.360) por las siguientes faltas en transporte público:

- Impedir el ingreso o salida prioritaria a mujer embarazada, adulto mayor, persona con niños o niñas, o personas con discapacidad.

- Agredir, empujar o irrespetar a las demás personas durante el acceso, permanencia o salida de estos.

Las agresiones, empujones y desorden es diario.

No obstante, la empresa debe mejorar su operación. Los ciudadanos no están a gusto con el servicio que presta Transmetro. Los buses pasan retrasados respecto al tiempo que manifiesta la compañía. Esto también influye en el desorden. 

El sistema es útil y en muchos casos obligado, pero su magnitud demanda un mejor funcionamiento y que también los ciudadanos cambien su comportamiento antes de que pasen sucesos mayores. Las odiseas deben terminar.
 

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